Por Itzel Sarahi Rojas Rivera
Dirigente Antorchista en el Seccional Colima
El poeta y político cubano nacido en la Habana el 28 de enero de 1853, decía acertadamente en una de sus frases más célebres que “cuesta mucho educar a un hombre, pero cuesta más no hacerlo”, y considero que después de tantos años, su frase sigue teniendo igual o más validez para los tiempos tan difíciles que corren en nuestro país.
Los jóvenes han sido y serán siempre un pilar fundamental para cualquier transformación social que se busque en México y en el mundo, ya que los jóvenes por su edad y su condición biológica, son espíritus libres que siempre están en constante cambio, decía Salvador Allende que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, y así es, los jóvenes llevan en su cuerpo el cambio, sin embargo, al mismo tiempo es un sector sumamente maltratado por los gobiernos, y por las elites del poder que buscan mantener el orden de las cosas sin movimientos ni alteraciones, por lo que han mantenido a los jóvenes lejos de una educación que les permita razonar y desarrollar su capacidad de análisis y comprensión, no solo de lo académico, sino también del análisis y crítica de la sociedad en la que se desarrollan.
Por si esto fuera poco, los gobiernos se han encargado de abandonar a los jóvenes en su educación académica y han dado golpes tan alarmantes y críticos a la educación. Veamos
El portal web expansión menciona lo siguiente: “En el año en el que se reanudarán las clases presenciales en México, el gasto público educativo será el más bajo de los últimos 12 años respecto al Producto Interno Bruto (PIB), lo que refleja el menor uso de recursos públicos para los niños y adolescentes del país”.
“Este 2022 se destinarán 883,929 millones de pesos (mdp) para el gasto público en educación, monto que representa el 3.1% del PIB, el nivel más bajo a partir de 2010, refieren cifras del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP)”.
Además, en nuestro país en el ciclo escolar 2020-2021, cerca de 846,000 alumnos dejaron de asistir a la escuela, la mayoría de educación básica. A nivel mundial, México es el noveno lugar con cierres de escuelas más prolongados durante la contingencia por covid-19, con 53 semanas sin clases presenciales, refieren datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Por otro lado, el portal web el Economista, menciona lo siguiente al respecto de la educación: “De acuerdo con un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), del gasto que se ejerció en el periodo 60% (144,255 millones de pesos) se destinó al pago de la nómina, mientras que apenas 2.3% (48,085 millones de pesos) fue a parar a la inversión física en educación”.
“En específico, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ejerció 111,962 millones de pesos, esto es 29,572 millones de pesos menos que en el 2021. Además, la erogación de abril del 2022 fue 18,315 millones de pesos menor al gasto programado”, detalló la organización.
Pero en Colima no nos quedamos atrás, la Universidad de Colima, niega becas de condonación de pago a estudiantes de escasos recursos, argumentando la fiscalización y supervisión de los recursos por parte del Gobierno Federal. Los estudiantes no piden otra cosa, solo que se cumpla como en años anteriores y se respeten sus becas.
La situación económica de las familias se ha visto afectada por la inflación, además del golpe demoledor que dejó la pandemia en miles de estudiantes que no regresarán a clases y la pobreza que cada vez va más en aumento y no se ve por ninguna parte las alternativas de los gobiernos tanto estatal como federal para resolverlo. Ante este panorama, los jóvenes no deben conformarse con ser sólo una cifra en las estadísticas, deben sumar su energía y su inteligencia en torno de un movimiento organizado del pueblo, que busque terminar con la desigualdad, la injusticia y el privilegio.
Los jóvenes están comprobando por sí mismos, que comparten los mismos sufrimientos que padece el pueblo trabajador, el mismo que enfrenta fenómenos como la desigualdad, el desempleo, el incremento de la pobreza, la deserción escolar, la carencia de vivienda, etc. Por ello, los jóvenes deben ayudar a sus padres a entender la realidad social, y ayudar en la construcción de un nuevo modelo de sociedad, que les permita contar con educación de calidad, salud, alimentación, empleo, salarios dignos y vivienda digna y decorosa, para ellos y su familia.
De no ser así, se corre el riesgo de dejar al país en manos del capitalismo voraz que busca a toda costa el control del mundo. Y que por lo visto no será en beneficio del pueblo trabajador de nuestro país.
Llamo a la juventud, tal como lo hiciera el poeta y dramaturgo español Miguel Hernández en una de sus magníficas obras:
“Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen. La juventud siempre empuja, la juventud siempre vence, y la salvación de España de su juventud depende.”
Y así lo creo, la juventud siempre empuja y la juventud siempre vence, adelante estudiantes, una nueva educación y una nueva sociedad, no solo son posibles, sino necesarias.