El programa de la Secretaría de Educación Pública (SEP) “La Escuela es nuestra” ha demostrado ser deficiente, pues no atendió debidamente a las escuelas del país durante la pandemia por Covid-19. Además, ha demostrado ser un programa clientelar, reiteró la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR).
Y es que recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que dicho programa es eficiente, ya que a través de éste se ha podido apoyar al 30 por ciento de todas las escuelas de educación pública de México. Bajo este criterio, el 70 por ciento de las instituciones no se atendieron.
Al respecto, el dirigente nacional de la FNERRR, Isaías Chanona Hernández, afirmó que “La escuela es nuestra” es un programa clientelar más del gobierno federal que ha tenido serias deficiencias y no atendió debidamente las escuelas durante la pandemia para así asegurar un regreso a clases seguro.
“Se han denunciado anomalías en diversos estados del país, tales como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Veracruz y Nuevo León, en algunos de los cuales ya se levantó oficio de investigación, pues están en juego casi 20 mil millones de pesos destinados en 2020 y 2021 al programa, es decir que el programa ha tenido un mal manejo, es algo que tiene que ser revisado urgentemente y apresurar una buena implementación de los recursos del programa así como el reajuste de asignación del apoyo ya que actualmente no cubre la totalidad de las escuelas, es difícil que las sociedades de padres y madres de familia accedan a éste”, comentó.
Los estudiantes de la FNERRR afirman que las urgencias de infraestructura no se han atendido a través del programa, algo que prometió la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, pues en las escuelas de educación básica, el 28.3 por ciento no cuenta con agua potable y el 13.3 por ciento no disponen de electricidad; en cuanto a las escuelas de educación media superior, el 25.2 por ciento no dispone de agua potable.
Es por eso que la agrupación estudiantil exige a la SEP preocuparse verdaderamente por la implementación de recursos destinados a infraestructura, sin anomalías, despilfarros y que sea transparente en la aplicación de los fondos.