Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima

Ya restan menos de 15 días del año que corre, y, según expertos en la materia, ésta, sí que será una cruel y fría navidad para los mexicanos más pobres. Por lo que se puede fácilmente ver, leer y escuchar en casi todos los medios de comunicación, se deduce que, mientras unos mexicanos, los potentados de siempre, celebrarán por el incremento de sus inmensas fortunas, los otros, la gran mayoría, es decir, los trabajadores y sus familias, poco o nada van poder llevar a la mesa de celebraciones de la temporada. Y, aunque desde hace tres años se nos dice siempre desde la presidencia que vamos bien y que estaremos mejor, la realidad siempre se encarga de decirnos lo contrario.

Tres notas periodísticas citaré a continuación, para darle fundamento al comentario que a manera de opinión comparto el día de hoy con mis escasos lectores. No omito decir aquí que, todo aquello cuanto opino y opinaré mientras el entendimiento y la vida me lo permitan, tienen en lo fundamental como destinatario final, la buena fe de los mexicanos sin prejuicio, preocupados por entender, aunque sea un poco, como yo, la causa principal de tan injusta situación en la que vivimos. Confiado pues en que en algo pueda yo contribuir a ello, dejo aquí mi trabajo hoy.

Primera nota y primer indicador que nos dice claramente que vamos mal y que estaremos peor. La nota es del portal UnoNoticias del día 13 de diciembre pasado, un trabajo del periodista Rubén Rojas que tituló así: “En situación de pobreza, 55.7 millones de mexicanos; pobreza laboral llega a 40.7%: Coneval”. La nota dice que esto lo informó José Nabor Cruz Marcelo, Secretario Ejecutivo del Coneval, en reunión de trabajo con integrantes de la Comisión de Desarrollo y Bienestar Social del Senado de la República, donde, además, al referirse específicamente a la pobreza laboral, es decir, a la situación del ingreso insuficiente de un hogar para alimentar a todos sus miembros, detalló así: “El pico mayor fue en mayo del año pasado, con 52% de la población en situación de pobreza laboral; en junio se logró una reducción a 48%. El tercer trimestre de 2021 pasamos de 39.9% a 40.7% de población en pobreza laboral, (incluso) con incremento en ingresos y recuperación de empleos”. Hasta aquí lo que importa de la nota.

Subrayemos aquí que, según estudios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), todos los miembros de una familia sufren de pobreza laboral en su hogar, cuando el ingreso que obtienen de su trabajo no les alcanza, ni para la alimentación suficiente de todos. Entonces, a tres años del gobierno de López Obrador la conclusión es obligada: más de 55 millones de mexicanos sufren hambre por falta de ingresos. Y como ya dije, dudo mucho que estos mexicanos vayan a poder celebrar con cena navideña.

La segunda nota es como el reverso de la moneda, pues muestra la situación contraria en la que viven los otros mexicanos, es decir, los potentados que celebrarán este fin de año el incremento de sus fortunas, tanto que muchos, buscan sacar del país sus dineros para ponerlos a salvo de la fiscalización. La opinión es de Salvador García Soto y la tomé de eluniversal.com, con el título: “Lista de los 79: sus propiedades, inversiones y razones para investigarlos”.

García Soto afirma en su trabajo, que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Pablo Gómez Álvarez, ha integrado y documentado un listado de personajes que incluye políticos y empresarios mexicanos, que se les considera “expuestos” o de “alto perfil”, pero no sólo por sus propiedades y bienes muebles e inmuebles, sino también, por sus inversiones y cuentas en paraísos fiscales de Latinoamérica y Europa, donde, dichos personajes tienen inversiones que podrían constituir un tema de evasión fiscal.

Se dice que en el listado de la UIF, los personajes aparecen nombrados con un número del 1 al 79, conforme al cargo que ostentan tanto en la esfera pública como privada, a los personajes políticos controvertidos con los que tienen vínculos, o, a los partidos políticos con los que se relacionan; además de mencionar las empresas off shore con las que cuentan, en qué paraísos fiscales están sus inversiones, qué bienes inmuebles de lujo posee, el despacho que lo representa o maneja, etcétera, etcétera.

¿Con qué fin la UIF se propone tamaña empresa con semejantes personajes?, no lo dice García Soto. Pero para el objeto de este trabajo tampoco necesitamos saberlo por ahora. Baste por el momento con repetir aquí, que hay razón de sobra en lo que opino, cuando afirmo que hay mexicanos con motivos sobrados para celebrar este fin de año, por el inmenso incremento de sus fortunas, tanto que no les basta nuestro inmenso territorio nacional para gastárselo aquí.

Me parece que la información que maneja Salvador García Soto, a pesar del carácter serio y documentado del tema, no ha sido muy difundida por ahora; y la razón que encuentro, me parece que tiene que ver con el listado mismo de los personajes referidos. He aquí unos de los nombres que García Soto afirma que aparecen en el listado de los 79: Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República; Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Salinas; Jorge Arganis, actual secretario de la SCT; Olegario Vázquez Aldir y Olegario Vázquez Raña, ambos directivos de Grupo Empresarial Ángeles y Grupo Imagen.

Finalmente, la tercera nota viene como corolario de lo ya dicho. El medio Dinero en Imagen, del día 13 de diciembre pasado la dijo así: “Fuga de capitales alcanza récord por 295 mil 408 mdp, revéala Banxico”. La periodista Lindsay H. Esquivel, menciona en su nota que, “un deterioro en las perspectivas macroeconómicas de México, llevó a los inversionistas de cartera a deshacerse de sus títulos para ubicarlos en niveles no vistos”. Y concluyó: “Con ello, la salida de capitales durante los últimos once meses del año, ha sido de 295 mil 408 millones de pesos, 15% mayor respecto de lo que salió en todo 2020.

Y termino así: si más de 55 millones de mexicanos padecen hambre por falta de ingresos, mientras que los empresarios e inversionistas mexicanos y extranjeros, se llevan sus capitales fuera del país; entonces no hay duda: la realidad contradice al discurso presidencial. Vamos de mal en peor.

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