Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Cuando un gobierno no es capaz de garantizar para sus gobernados, condiciones mínimas de seguridad social para vivir y trabajar en paz, no hay duda; dígase lo que se diga, si no se toman medidas serias para atender y combatir con efectividad este flagelo social, nunca podrá asegurarse que será ese un buen gobierno. En este tema, los mexicanos seguimos siendo un referente mundial.
En las redes sociales circula un tuit, que dicen que lo escribió en su cuenta personal el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando era candidato; está fechado con el día 13 de mayo de 2017 a las 20:54 horas. Twitter dice que escribió así el entonces candidato: “Napoleón decía: Si el crimen y los delitos crecen, es evidencia que la miseria va en aumento y que la sociedad está mal gobernada.” Conforme a lo que vivimos en la actualidad todos los días en casi todo el país, ¿aplica lo dicho antes por el candidato, a lo que ocurre hoy en su gobierno? Juzgue usted amigo lector.
Pero para juzgar aún mejor, veamos a continuación algunos datos de interés relacionados con el tema que hoy abordo. El día 2 de junio de 2020, el medio Forbes México publicó así en su portal: “México tiene 6 de las 10 ciudades más violentas del mundo: ONG”. Luego de afirmar que los datos ofrecidos son del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), el medio aclaró que el Ranking 2019 de las 50 ciudades más violentas del mundo, está fundamentado en el número de homicidios por cada 100 mil habitantes; y después añadió así en su nota: “En el ranking, México arrasa con todo: primer lugar, primeros cinco lugares, 6 de las 10 ciudades más violentas y 19 de las 50 más violentas.
Sigamos. El 23 de abril de 2021, el diario El País encabezó así una nota: “Las seis ciudades más violentas del mundo están en México”. Y luego, haciendo referencia al ranking mundial 2020 de las 50 ciudades más violentas, y después de afirmar que México sitúa 18 urbes de más de 300 mil habitantes, citó la declaración de José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, que dijo así: “México se ha convertido en el epicentro de la violencia mundial homicida”. Por otro lado, y sobre el mismo tema, el portal IMER Noticias publicó el 20 de abril que el Consejo Ciudadano ya mencionado, afirmó, además, que el aumento de la violencia homicida en los años 2019 y 2020, se debe a que se ha aplicado la peor política de control del crimen por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Del Ranking 2020 mencionado, es necesario destacar que la zona metropolitana de Colima, aparece ya como referente mundial en el lugar número 34 de las ciudades más violentas, al registrar 135 homicidios dolosos, en una población de 328 mil 471 habitantes, y con una tasa de 41.10 por ciento de homicidios por cada 100 mil habitantes.
Finalmente tenemos el Ranking 2021. Aquí, los datos los tomé de un medio local que citó el informe del Consejo Ciudadano al que nos venimos refiriendo. Tituló así su nota el medio Colima Noticias en su portal del día 10 de marzo pasado: “Colima ocupa el lugar 14 entre las ciudades más violentas del mundo”. Conforme a la metodología de los informes anteriores, el medio dice que México encabeza nuevamente este otro ranking con ocho ciudades, pero que son 18 en total, de las 50 más violentas del mundo que componen el ranking 2021.
Y aquí, a los colimenses también nos conviene destacar el grave deterioro que está sufriendo la seguridad por todo el Estado, pues la zona metropolitana de Colima, pasó del lugar número 34 a la posición 14, al registrar 195 homicidios en una población de 329 mil 887 habitantes, con una tasa de 59.11 por ciento. Recordemos que no hace mucho asumió la gubernatura del Estado, un partido que prometió mejores tiempos para “nuestra Colima”. Pero, por los que ya sufrimos hoy, creo que difícilmente se podrá remontar los trágicos resultados que hoy tenemos. Pero ya veremos.
Volviendo al tema nacional, el análisis del ranking 2020 dice que México lleva tres años como el epicentro mundial de la violencia homicida urbana. Y que, de las 14 ediciones anuales del Ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo, en ocho, el primer lugar de las más violentas, ha sido una ciudad mexicana.
Igual que en los otros informes anteriores, aquí también es importante conocer la opinión del Consejo Ciudadano ya referido. Refiriéndose a la trágica situación que se vive en México, el Consejo afirma que es el resultado de la política de “abrazos, no balazos”, practicada por el presidente López Obrador, “política que consiste en dejar a los grupos criminales en casi absoluta libertad de asesinar, desaparecer personas, extorsionar y robar”.
Hasta aquí dejo, lo que sabemos del papel tan destacado que estamos jugando los mexicanos en el mundo, en materia de inseguridad por homicidios dolosos. Ante todo este trágico panorama, uno esperaría que ningún mexicano en su sano juicio, optara por el desdén irresponsable ante los hechos tangibles que reflejan los informes del CCSPJP. Pero la realidad es otra.
Hace unos días leí en un medio nacional lo siguiente: “El Parlamento Europeo condenó este jueves las amenazas, el acoso y el asesinato de periodistas y defensores de los derechos humanos en México e instó a que estos crímenes -que ya han acabado con la vida de seis reporteros en lo que va de 2022- se investiguen de manera rápida, exhaustiva, independiente e imparcial” (aristeguinoticias.com, 10 de marzo 2022)
Y el mismo día el señor presidente les reviró: “…les pidió primero informarse para que no se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista de grupos corruptos que se oponen a la Cuarta Transformación” (El Universal Online). Así les contestó en un comunicado oficial. Muy bien, pero, ¿y los muertos?
Yo, como seguramente muchos mexicanos, no tengo elementos suficientes hasta ahora para afirmar si los señores diputados europeos se están “sumando como borregos”, o están bien informados o no. Pero ahí están los muertos que reporta el Consejo Ciudadano que ya dije; y por ahora, los colimenses sí que sabemos de eso. Ojalá aprendamos le lección para lo que viene.