Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Una falacia, es un engaño o mentira que se esconde bajo un razonamiento casi siempre intencionalmente nocivo, en especial, cuando se pone de manifiesto su falta de verdad. Las falacias son argumentos incorrectos y engañosos, que se cometen casi siempre con la intensión de persuadir o manipular a quienes se les dirigen. Dada la carga intencional que siempre tienen, las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, y muchas veces cuesta sumo trabajo el poder detectarlas.
De acuerdo a la crítica situación social y económica en que nos encontramos casi todo el pueblo mexicano, yo sostengo que el pasado ejercicio electoral que se promovió como, “Revocación de Mandato”, por el mismísimo presidente de la República y su gobierno aunque ellos sostengan y digan lo contrario, fue una insolente e intencional falacia contra todos los mexicanos, sobre todo, contra los más desamparados de siempre. Que lo que yo digo puede ser cierto, lo dicen claramente los resultados finales de este manipulado ejercicio oficial, donde más de 76 millones de mexicanos, el 82.3% de los inscritos en la lista nominal que fueron convocados el domingo pasado, no acudieron a votar.
Aunque es muy cierto que en un ejercicio electoral de tal magnitud, nunca, que se sepa, acude a votar la totalidad de la lista nominal vigente, lo cierto es que los resultados finales de éste, son sumamente reveladores. Veamos.
Dado que en este inédito ejercicio “democrático”, el único competidor que participó fue el señor presidente López Obrador contra sí mismo, es decir, él contra él; no hay otro parámetro cierto que nos permita valorar en sus justos términos, los resultados electorales de ahora; es por esto que debemos referirnos para comparar, a sus mismos resultados, pero esta vez, a los que obtuvo en su participación en la elección del 2018.
En la elección federal de entonces se dijo así: “AMLO se lleva 30 millones de votos, 53.19%” (Forbes México, julio 6, 2018); aquí, los medios difundieron que el hoy presidente obtuvo de los mexicanos, 30 millones 113 mil 483 votos, de los 56 millones 611 mil 027 electores que participaron; esto es, el 63.43% de los 89 millones 250 mil 881 mexicanos que fueron convocados. Por otro lado, en las elecciones del domingo pasado se informó los siguiente: “Que siga [AMLO] en la Presidencia de la República: 15 [millones] 159 [mil] 323 [votos], equivalente al 91.86%” (Aristegui Noticias, 14 abril, 2022). Aquí se dijo, que en esta reciente elección participaron únicamente “16 millones 501 mil 137 ciudadanos, que representa el 17.7% de los 92 millones 823, 216 que integran la lista nominal. (Expansión Política, 12 abril 2022)
Resumiendo. Si es que intentamos ser un tanto objetivos en nuestro análisis, descubriremos, cómo es que el pueblo mexicano va perdiendo la fe en el presidente. Pues, de poco más de 30 millones de mexicanos que lo eligieron en 2018, ahora sólo votaron por él 15 millones 159 mil 881; es decir, que 14 millones 954 mil 160 mexicanos que antes lo eligieron, ahora, al no acudir a las urnas el domingo pasado, le muestran así su rechazo. Pero además, está también el rechazo de todos los otros mexicanos convocados. No obstante toda la propaganda oficial que todos vimos en los últimos meses, la participación ciudadana cayó notablemente, del 63.43% en 2018, al 17.7% en abril de 2022. Y he aquí entonces, una conclusión que asombra: un presidente de la República que compite electoralmente consigo mismo, y pierde.
Pero, ¿en verdad el presidente no esperaba estos resultados?, y si los esperaba, ¿por qué empecinarse entonces con llevar adelante tal ejercicio “democrático”? Aunque hay veces que resulta sumamente nocivo intentar entender como razonan ciertas personas, ni modo; para tratar de encontrar alguna coherencia, nos arriesgamos.
Afirmo que el presidente nunca pensó realmente en hacer que el ejercicio resultara vinculante conforme a la ley del caso, es decir, en reunir el voto del 40% de la lista nominal. El presidente buscaba sólo hacer propaganda electoral adelantada, para afianzarse él y su partido en el poder futuro de la nación. He aquí por qué dije, que todo se trató de una falacia contra los mexicanos. Dos argumentos daré para lo que afirmo.
Primero. Todo se trató de un mitin político nacional. Tal como lo afirmó en una declaración Luis Carlos Ugalde, ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), y hoy director de la empresa de inteligencia legislativa y política Integralia Consultores, quien afirmó, que no votará porque no se trata más que de «un mitin político, un ejercicio de propaganda para ratificar al presidente y medir qué tan querido sigue siendo». Y precisó: “Yo soy crítico del gobierno como muchos otros, pero eso no significa que quiera que deje su puesto ahora. Pero si voto para que se quede, el presidente dirá que estoy a favor de su gobierno. No me veo representado en las opciones y por eso creo que la abstención es la mejor forma de participar.» (BBC News Mundo, 7 abril 2022)
El segundo argumento me parece más deleznable que el anterior. El presidente sabía perfectamente, que la “Revocación de Mandato” le permitiría el uso indirecto de dinero público, quitándoselo previamente a los programas sociales de los más pobres, para hacer campaña electoral adelantada. Veamos.
Por un lado esta el cierre definitivo de las Escuelas de Tiempo Completo (ETC). El periódico El Economista publicó así el 11 de abril pasado: “Cierre de de escuelas de tiempo completo, impacto directo a madres trabajadoras”. Y precisó: “En 15 años de vida, la operación de dicho programa de la SEP, incrementó en 5.5% la participación laboral de las mujeres, además de aumentar sus ingresos y sus horas de trabajo.” Pero como ya vimos, los pobres pueden esperar, la “Revocación”, no.
Y por el otro (no obstante el cierre de las ETC), tenemos el alto costo que tuvimos que pagar por el ejercicio “democrático” del señor presidente, como mecanismo de ejercitación de su maquinaria electoral. El medio Expansión Política lo dijo así el 12 de abril pasado: “Para la organización de la consulta en la que participaron 16 millones de ciudadanos, el INE gastó 1,692 mdp, recursos con los que se pudieron comprar 13 millones de vacunas contra COVID para niños, [y] que equivalen a 20 boletos del metro en la Ciudad de México, a cinco kilogramos de tortilla o a un kilogramo de aguacate, fruto que presenta el precio más caro en los últimos meses” Hasta aquí mis argumentos.
Pero como suele decir el pueblo: “no hay mal que por bien no venga”. El abstencionismo en la Revocación Mandato, dice claramente que los mexicanos buscaremos otro cambio en la elección que viene. Ya no falta mucho y urge estar preparados. Ojalá no nos equivoquemos de nuevo.