El reparto más equitativo de la renta nacional es la única y verdadera salida.
El presidente Andrés Manuel López Obrador desconoce e ignora el modelo económico neoliberal y lo ha llevado a que su política de combate a la corrupción no tenga ningún impacto positivo; al contrario, existe un fracaso estrepitoso en el combate a la pobreza por parte de su gobierno y la creciente desigualdad sigue siendo el principal problema de México, advirtió Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista, en su video mensaje semanal.
Antorcha advirtió desde antes del 2018, que la política de López Obrador estaba equivocada, porque la organización social ha sostenido que el principal problema de México es la creciente desigualdad y pobreza, y no la corrupción como sostiene el presidente y la Cuarta Transformación (4T).
“Hoy casi todos los economistas competentes del mundo dicen sin tapujos que la única salida verdadera a la desigualdad y la pobreza que amenazan la paz mundial consiste en el reparto más equitativo de la renta nacional mediante una reforma fiscal progresiva, que cobre impuestos mayores a las fortunas más grandes y cobre menos, o nada, a las clases trabajadoras. Pero el presidente que también ayuda a los de arriba, se niega tozudamente a instrumentar esa reforma fiscal”, reiteró Córdova Morán.
En este sentido, comentó el líder social, se evidencia que el presidente desconoce por completo de que se trata el neoliberalismo, por ello pidió no dejarse “engañar: lo de antes, como lo de ahora es pura propaganda mediática. Lo que pasa es que el presidente quiere “amansar” a los ricos y no le importa contradecirse”.
Asimismo, agregó que López Obrador en sus más recientes declaraciones revela que “ya hizo a un lado también aquello de no robar, no mentir y no traicionar. Ahora él está mintiendo y traicionando sin rubor, con tal de retener el poder del país a cualquier precio, incluso el de la ignominia”.
Y es que pese a la política que prometió López Obrador, de acabar con la pobreza, resulta lo contrario, pues en tres años y medio de gobierno, la pobreza ha aumentado considerablemente. Por otro lado, la riqueza de los hombres y mujeres más ricos de México aumentó en niveles récord.
El diario La Jornada publicó el 4 de mayo: “Riqueza de millonarios mexicanos asciende a niveles récord, revela Forbes”, y explica: “La fortuna de 15 multimillonarios mexicanos alcanzó una cifra récord de 160 mil 900 millones de dólares, una cantidad que supera en 42% al saldo de la deuda externa del gobierno federal y que, en la mayoría de los casos, aumentó en medio de la crisis generada por la pandemia de covid”.
En su lista de las personas más acaudaladas del mundo, publicada el martes 3 de mayo, Forbes coloca de los mexicanos a Carlos Slim, con una fortuna de 81 mil 200 millones de dólares, 30 mil millones más que al inicio de la pandemia; en segundo lugar va Germán Larrea con 30 mil 800 millones de dólares, 20 mil millones más que hace dos años; en tercer lugar Ricardo Salinas Pliego, con 12 mil 400 millones, cifra menor a los 12 mil 900 millones del año pasado pero superior en 700 millones a la fortuna que tenía en 2020; en cuarto lugar está Alejandro Bailleres Gual, con 6 mil 700 millones de dólares; le sigue la empresaria María Asunción Aramburuzavala, con 6 mil 200 millones dólares, 600 millones más que antes de la pandemia.
Juan Domingo Beckmann Legorreta con 4 mil 100 millones; luego Carlos Hank Rohn, con mil 900 millones de dólares; Roberto Hernández, con mil 900 millones; Alfredo Harp Helú con mil 300 millones; Emilio Azcárraga con mil 200 millones y, por último, David Peñaloza Alanís, con mil 200 millones de dólares. “No hay duda de que todas estas y otras grandes fortunas y otras más no habrían podido prosperar, y tal vez ni siquiera perdurar sin la ayuda y la protección del gobierno de López Obrador. Y no se necesitan más pruebas que estas para demostrar eso”, reafirmó Córdova Morán.
Por otro lado, en una breve ojeada a la situación que guardan los programas sociales de este gobierno, indicó que la política de López Obrador se reduce a los llamados programas sociales, es decir, a las transferencia monetarias a los sectores económicamente más vulnerables, como los adultos mayores, los discapacitados, los jóvenes sin escuela ni empleo, los estudiantes de escasos recursos que cursan la educación media, media superior y superior, los campesinos del programa “Sembrando Vida”, las madres solteras y otros parecidos, nos demuestran fácilmente que son mucho menos efectivos que las ayudas “a los de arriba”, además de que son claramente clientelares.
Por lo anterior, afirmó que el “pueblo tiene que entender esto y castigarlo, de lo contrario, todos debemos disponernos a sufrir las consecuencias”.