Por Luis Enrique López Carreón

Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima

 

“¡No somos iguales!” he oído que así repite insistentemente el presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus spots publicitarios rumbo a su cuarto informe de gobierno, refiriéndose a las administraciones anteriores. Y es cierto. No son iguales. Pero eso tampoco significa que bajo su mandato ya estemos mejor.

 

Por cierto, que, este spot era, precisamente, la esperanza última que animaba a las familias de los diez trabajadores atrapados en las entrañas de una mina de Sabinas Coahuila, desde el pasado 3 de agosto. Pero tristemente la realidad los alcanzó. “La instrucción es que no nos demos por vencidos, no va a suceder lo de Pasta de Conchos que se decretó que no había ya una posibilidad de recuperar a los mineros, nosotros no, ahí vamos a estar” (Expansión Política), dicen que así dijo el presidente el pasado 26 de agosto. Pero tampoco aquí cumplió. El medio Eje Central del día 29 de agosto publicó así: “4T paga indemnización y cesa búsqueda de mineros”, y ahí mismo los familiares acusaron a la coordinadora de Protección Civil Federal, de presionarlos para que aceptaran el pago de la indemnización, así como la construcción de un memorial para los trabajadores. Igual que en Pasta de Conchos en el 2006. Igual que los gobiernos anteriores.  

 

En Colima, es cierto que nuestros trabajadores no están aún enterrados, atrapados en las entrañas de una mina de carbón. Pero tampoco están mejor. Ellos y sus familias, junto con todos los colimenses de bien, estamos atrapados entre las garras de la inseguridad amenazante que crece todos los días sin cesar, por un lado, y por el otro, de la indolencia y la amenaza de las autoridades, para todo aquel que se atreva a armar bloqueos frente a las oficinas de la Fiscalía del General del Estado en demanda, precisamente de seguridad. Nunca, que yo recuerde, se había visto tanto abandono ciudadano. 

 

Las autoridades federales y estatales nos dijeron que la violencia en la entidad, se detonó en el mes de febrero pasado a causa de los enfrentamientos armados entre grupos contrarios pertenecientes al crimen organizado que asolan la región. Y casi desde esa fecha, se nos dijo también que uno de los generadores de la violencia desatada en lo que va del año, era el peligro narcotraficante llamado José Bernabé alias “La Vaca”, oriundo de la colonia el Mezcalito, a quien se dijo, lo buscaban desde entonces por aire, mar y tierra, un contingente numeroso de elementos de la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional. Y no lo encontraban.

 

Fueron necesarios seis meses de persecución, más de 500 muertes dolosas, una visita oficial del presidente de la República, y la presencia en el Estado del mismísimo embajador de los Estados Unidos, para que dieran con el paradero de tan peligroso y feroz delincuente. Hoy leí que el presidente se refirió también al tema en tono de triunfo: “Una persona que está considerado como el principal generador de violencia en Colima. Colima es el estado con más homicidios en al país de acuerdo a su población, pero es el número 1” (Diario de Colima).

 

Pero, ¡oh sorpresa!, contrario a lo afirmado por el mismísimo presidente, la violencia no deja de causar estragos y terror por todos lados. Entonces, o las autoridades se equivocaron de objetivo y de estrategia; o no se equivocaron, y siempre supieron que los generadores de la violencia eran otros, pero lo que realmente buscaban era un impacto publicitario con miras a los informes gubernamentales. Igual que los gobiernos anteriores.

 

Sin embargo, haya sido como como haya sido, las consecuencias las seguimos pagando todos los ciudadanos. Y es que, los datos que dio el vocero de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y la Seguridad, el 27 de agosto pasado, hablan con elocuencia: “En lo que va de este año, suman ya 585 homicidios dolosos…”; “…89 homicidios han sido en contra de mujeres, además han localizado 89 cuerpos entre embolsados, ensabanados o encintados.” “…también en lo que va del año, 501 personas han sido reportadas desaparecidas, 326 hombres y 175 mujeres. De todas ellas, 264 no han sido localizadas.” (Diario de Colima)    

 

Y, no obstante, los 100 elementos de la Brigada de Fusileros Paracaidistas que llegaron a Colima el pasado 25 de agosto, que se sumaron a los 100 elementos de la Secretaría de Marina que habían llegado una semana anterior, más los cientos de elementos castrenses y de la Guardia Nacional que ya se encontraban aquí, el terror y la zozobra nos siguen atosigando.

 

He aquí un apretado resumen de lo que digo, que recopilé leyendo la antepenúltima página del Diario de Colima desde el día en que se informó la detención del peligroso narcotraficante que ya referimos: “Lanzan granada a un bar y lesionan a tres”, e “Incendian autos en varios puntos de Colima y Villa de Álvarez”, se dijo el día 19 de agosto pasado. Un día después: “Encuentran cadáver embolsado en Villa de Álvarez”; Asesinan a empleado de un bar en Manzanillo”; “Intentan ejecutar a un hombre en la colonia FOVISSSTE”, y “Hallan cabeza humana en una brecha rumbo a Cardona”. El día 23: “Ejecutan a un hombre en Armería”; “Un muerto y dos heridos a balazos en un gimnasio de Tecomán”; “Balean a tres en la colonia Morelos”, y, “Dejan mensaje amenazante y una foto en la Alfredo V. Bonfil”. Al día siguiente: “Ejecutan a un hombre en Arboledas del Carmen”; “Hallan dos cadáveres en Comala”; y, “Disparan contra un sujeto en Bosques del Sur”. 

 

Y sigue. 25 de agosto: “Hallan cuerpo decapitado y cartulina con narcomensaje en Alcaraces”; “Balean a individuo en Fátima”; y, “Encuentran cabeza humana en Real de Bugambilias”. 26 de agosto: “Ejecutan a una mujer en puesto de hot dogs”; “Balean viviendas en Villa San José y La Albarrada”; “En la colonia Andares del Jazmín asesinan a otro y dejan herido a un menor de edad”; y, “Ultiman a hombre en la Ramón Serrano”. Y finalmente, para cerrar el mes, del 27 al 31 de agosto, conté 10 muertos y nueve heridos más con arma de fuego.  

 

Entonces, ¿de qué nos sirve saber que los gobiernos de ahora no son iguales a todos los anteriores, cuando el país se desangra literalmente por todos lados? Lo que realmente necesitamos en estos momentos de terrible zozobra inquietante, no sólo son gobiernos que sean diferentes, sino que sean mejores para todos los mexicanos. Pero ya falta poco para volver a elegir un nuevo rumbo para la patria. Ojalá que hayamos aprendido la lección.

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