*El hecho de que en Colima haya casas o edificios con poco daño estructural, comentó el Dr. Guillermo Roeder, “significa que se está diseñando bien; los daños que se presentaron son en construcciones hechas con reglamentos pasados”.
“Dentro de todo lo malo que pudo haber sido, no nos fue tan mal”, coincidieron en señalar cuadro profesores-investigadores de la Facultad de Ingeniería Civil (FIC) de la Universidad de Colima, al hablar sobre los daños generados por el sismo de magnitud 7.7 del pasado lunes 19 de este mes y las posteriores réplicas, en el programa especial de Universo 94.9: “Infraestructura, elemento determinante en un sismo”.
Los académicos participantes fueron el Mtro. José Francisco Ventura Ramírez (quien además es delegado en el campus Coquimatlán) y los doctores Guillermo Martín Roeder Carbo, Alfredo Sánchez Alejandre y Agustín Orduña Bustamante, quienes compartieron avances de las evaluaciones de daños que han realizado, tanto en la UdeC como en edificios públicos y casas particulares del estado.
¿Pero qué debemos entender por estructura y daños estructurales? De acuerdo con Alfredo Sánchez y José Francisco Ventura, la estructura de una casa es el sistema que soporta cargas verticales y accidentales y que pueden ser marcos de mampostería, de acero, o concreto; “es decir, la obra negra de una casa o edificio”, por lo que los daños estructurales sólo se presentan en estas zonas.
Es entonces, en esos lugares, donde debe revisarse si un edificio presenta grietas en forma de X o diagonales en los elementos verticales. Si estas grietas son pequeñas no representan peligro, “si llegan hasta la esquina del muro es posible que no tengan castillos, entonces eso sí es peligroso; si son de dos o tres centímetros o que se ven de un lado a otro, son de cuidado, hay que desalojar y pedir la opinión de un experto” dijo Agustín Orduña.
Los principales daños y colapsos que se registraron en estos sismos, de acuerdo con los especialistas, fueron en las construcciones que no cumplen con las normativas actuales. La mayoría de las afectaciones han sido caídas de lámparas, plafones o volados que, si bien no representan daño estructural, sí pueden provocar accidentes.
En la construcción en México, coincidieron Alfredo Sánchez y Agustín Orduña, hay una contradicción: “tenemos un código de diseño bastante avanzado, incluso podría decir que nuestro código de mampostería es de los más avanzados a nivel mundial”; sin embargo, “hay proyectos constructivos que no siguen esos reglamentos, en los que se da la autoconstrucción, o bien hay ingenieros sin mucho conocimiento o arquitectos sin la suficiente preparación, porque si diseñamos una casa estrictamente apegados a los códigos, ésta sería muy segura”.
El hecho de que en Colima haya casas o edificios con poco daño estructural, comentó Guillermo Roeder, “significa que se está diseñando bien; los daños que se presentaron son en construcciones hechas con reglamentos pasados”.
En cuanto a la infraestructura de escuelas, hospitales, edificios para bomberos o estructuras de energía, los especialistas compartieron que estos edificios están diseñados para resistir sismos de hasta una magnitud de 9, debido a que están considerados como de ocupación inmediata; esto es, que una vez que se dé el sismo, se revisan y se puede volver a entrar en él sin preocupación de que colapse.
Dado a que estas estructuras de diseño deben ser superiores a las de una casa común o un edificio de oficinas, “por ningún motivo aceptamos daños en escuelas, estaciones de bomberos o en hospitales, porque las escuelas están pensadas como albergues y los hospitales tienen que seguir funcionando”.
En cuanto a los monumentos históricos evaluados por ellos, no presentan daños estructurales, “particularmente -dijo Agustín Orduña- visité la Catedral de Colima y la Iglesia de Coquimatlán, y en general puedo decir que ninguno de los dos tiene daño estructural. Los edificios antiguos de mampostería se agrietan de manera natural, es su forma natural de manifestar los movimientos de un sismo”.
Lo que es preocupante en Catedral, agregó, “son los adornos o elementos no estructurales, que representan un peligro para la población. En las torres, la fachada o en las partes altas, hay elementos desprendidos que dan hacia la calle y cualquier movimiento, replica del mismo sismo e incluso el viento los podría derribar y alguien que pasara por ahí podría salir afectada, por lo que me parece correcto que las calles aledañas estén cerradas al paso”.
En cuanto a la infraestructura universitaria, Francisco Ventura comentó que los colapsos que se dieron fueron en las bardas perimetrales y hubo desprendimiento en los recubrimientos, “no llegan ni al dos por ciento los espacios donde se hará alguna intervención”.
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