Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Por la información preocupante que se difunde en los medios locales, es claro que los colimenses necesitamos un nuevo rumbo en el gobierno de ahora; uno, en el que la opinión pública sea escuchada atentamente, conforme a la nueva realidad en que vivimos. Parece ser, en mi modesta opinión, que después de un año, el nuevo gobierno nomás no termina aún de llegar completamente, y que el viejo, aquel que fue repudiado en las elecciones pasadas, no se ido tampoco del todo. Por lo que, ¿a quién, entonces, habría que achacarle los males sociales a los que hoy nos enfrentamos?
Saber esto es importante para todos; es decir, saber qué cosa implicará para los colimenses el enfrentamiento en los próximos dos años, de la vieja casta política contra la nueva, encabezada por los gobiernos de Morena. Soy de la idea de que, si es que en verdad queremos demostrar la inviabilidad del nuevo gobierno, sería entonces necesario dejarlos actuar con sus novedosas propuestas; así, y sólo así, quedaría demostrada entonces, o no, la necesidad del nuevo rumbo que yo refiero. De lo contrario, el caos y la confusión para el pueblo seguirá reinando por todos lados, imposibilitándolo así para ver con claridad, el equívoco o el acierto cometido con su voto. Y entonces, no corregiremos.
Pero los tiempos que se avecinan no parecen pintar mejor. En un medio local del día viernes 20 de enero pasado, se lee que el ex gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, promovió un amparo contra el juicio político que se le pretende imputar. Recordemos que se le achaca él, igual que a Mario Anguiano en su momento, un desvío millonario del erario público. Lo nota dice así en alguna parte de su cuerpo: “…busca la protección de la justicia federal en contra de los actos que pudiera emprender en su contra la Comisión de Responsabilidades del Congreso del Estado”.
Aclaro yo que nada tengo en contra del ex mandatario, incluso defiendo y celebro su decisión, porque, tal como cualquier mexicano en sus condiciones, es decir, injustamente acusado, tiene él también derecho a la defensa; pero, es indudable que, si el Juzgado Primero de Distrito de Colima, instancia que admitió el amparo el día 13 de enero pasado, ordena algún acto de suspensión provisional o cualquier otra medida que beneficie al funcionario referido, el proceso puede quedar inconcluso por tiempo indefinido, y entonces, no sabremos pronto quien dice la verdad, y quién miente en este caso. Y las cosas seguirán como hasta ahora: un tremendo caos social, sin responsables.
“La verdad siempre es revolucionaria”, leí alguna vez de un intelectual cubano; y así lo creo también. Saber la verdad en el caso del juicio político que se le pretende imputar al ex mandatario, puede aclararnos bien a bien, la verdadera causa de lo que hoy vivimos, y prepararnos para el proceso electoral siguiente; porque, al margen de todas las preferencias políticas que hoy se manejan, es muy evidente que las cosas no están nada bien.
Para fundamentar un poco mi opinión de hoy, ofrezco ahora un apretado resumen de los encabezados de los periódicos locales de los últimos días, para orientar grosso modo a mis escasos lectores.
Veamos. Viernes 13 de enero pasado; “Se desploman las actividades industriales en Colima: INEGI”, así dijo el encabezado; y en el cuerpo se afirmó que, “…en septiembre de 2022, la actividad industrial en Colima cayó un 28.9 por ciento respecto al mismo mes de 2021, lo que representó el descenso más pronunciado de todo el país”. Luego, sábado 14 de enero: “Trabaja TEE Colima con uno de los presupuestos más bajos del país”; se quejó así a los medios, la magistrada del Tribunal Estatal Electoral de Nayarit, y también integrante de la Asociación de Tribunales Electorales de la República Mexicana, Irma Graciela Cervantes Bravo.
Seguimos. Lunes 16 de enero; “Supera Colima media nacional en corrupción de menores: SESNSP”. Aquí, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, afirmó que, de enero a noviembre de 2022, en Colima se cometieron 3.69 delitos por cada 100 mil mujeres; mientras que la media nacional es de 2.7 delitos. Martes 17 de enero; “Sube coronavirus, Colima ya es el tercero nacional”; la Secretaría de Salud Federal, afirma que en Colima se presenta una tasa de 44 casos por cada 100 mil personas, cuando la media nacional se ubica en 27.2 casos.
Suma y sigue. Miércoles 18 de enero; “Durante 2022 aumentaron 67.5% homicidios dolosos en Colima”. Aquí, el SESNSP informó que, en Colima, los homicidios dolosos se incrementaron más del 67 por ciento durante 2022 respecto a 2021, señaló que el año pasado se cometieron 868 asesinatos, es decir, 350 más víctimas que las 518 que se contabilizaron en 2021. Jueves 19 de enero; “Creció violencia contra mujeres en 2022: SESNSP” Aquí se dijo que el año pasado se registraron 18 feminicidios en el Estado, que tal cifra representa un incremento del 350 por ciento en relación a las cuatro víctimas que se registraron en 2021; pero, además, se incrementaron también el abuso sexual y la violencia familiar.
Y finalmente, viernes 20 de enero; “Reduce Morena y aliados prestaciones a trabajadores”; aquí, refiriéndose a los trabajadores del Congreso del Estado, el medio dijo que el diputado Héctor Magaña afirmó, que en contra parte, hay aviadores, choferes asignados a familiares, y personal que sólo se presenta cerca de la quincena a cobrar. Fin de la reseña de las notas.
Por obvio de espacio, no hablaré ahora acerca del aumento de la pobreza, del aumento de las remesas que llegan al Estado, del desempleo y la falta de medicinas y atención médica en los hospitales. Pero aquí tampoco andamos nada bien.
Saber todo esto es importante, porque la respuesta más atinada que se ha podido dar hasta ahora, al margen de las promesas de mejoría, es, que todo es consecuencia de los malos gobiernos que ha tenido Colima en el pasado. Cobra entonces mucha relevancia saber la verdad; es decir, saber qué rumbo tomará el proceso de juicio político que se le pretende imputar al ex gobernador Ignacio Peralta, representante aún, por lo que se ve, de los viejos gobiernos del pasado. Por lo pronto, ya no hay de otra, debemos seguir navegando contra la corriente. Nos leemos pues en el próximo comentario.