Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Hace poco leí en un conocido medio de circulación local, la afirmación de que, “la reciente reunión que sostuvo la gobernadora Indira Vizcaíno con líderes sociales y empresarios, demuestra algo fundamental: hay voluntad de ambas partes para sacar adelante al Estado”. Con el respeto que me merecen siempre todos los líderes sociales y empresarios, yo afirmo aquí sin temor a equivocarme, que también, en todo el resto del pueblo colimense, aunque no nos hayan invitado a tan importante reunión, hay voluntad suficiente para sacar adelante a Colima. Leí que la gobernadora pidió en la reunión a los presentes, “confianza y paciencia” (Diario de Colima, 26 de enero 2023). Por lo que se vio ahí, es claro que, confianza de los empresarios sí la hay, y sobre la paciencia, no podrá quejarse la gobernadora; los colimenses han soportado casi de todo en los últimos años, como nunca antes en la historia de la entidad.
Pero hay algo relevante de la reunión que refiero, que nos conviene destacar. La fuente que cito, dijo que el presidente del Consejo Estatal Agropecuario del Estado, Francisco Huezo Alcaráz, afirmó que la idea original de la reunión fue propuesta por el distinguido colimense, don Lino Romero Velazco, y que, la pretensión inicial, era ofrecer un reconocimiento a la gobernadora por la apertura del tramo de la carretera y transvolcánica, “una obra fundamental para el desarrollo de nuestro estado y la región, que tenía dos sexenios entrampada en cuestiones jurídicas…”, así dijo. Agradeció, por tanto, la voluntad de la gobernadora y del presidente de la República, quienes fueron resolviendo los asuntos que tenían detenida la obra; y finalizó diciendo que, “…la carretera transvolcánica está en operación con los consecuentes beneficios: ahorro de tiempo, más de 40 minutos en tantos congestionamientos viales que sufrimos mucho los colimenses”.
Como usuario permanente de esta ruta que nos conecta con la ciudad de Guadalajara, yo también conozco bien el tramo de carretera a que se refieren, y, por lo mismo, suscribo el beneficio relativo en cuanto a el tiempo de traslado que se menciona; pero no puedo decir lo mismo sobre la ausencia total de congestionamientos viales, porque la ruta es aún de dos carriles, y el paso abundante de transporte pesado es inminente. Sobre la importancia económica de la obra no tengo la menor duda: “La inversión que se hizo fue de 3 mil 270 millones de pesos, de los cuales, 393 millones de pesos fueron destinados al tramo de montaña. Las obras se llevaron a cabo del kilometro 103 al 120, y se requirió de 14 puentes y siete estructuras especiales, de acuerdo con datos del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, Banobras.” (El Occidental 6 de noviembre de 2022).
Como podemos ver, aquí tenemos ya, parte de lo que constituye la base de la confianza que sienten los empresarios ante la gestión de la gobernadora. Y yo creo que es muy legitimo su sentimiento. Además, en la misma reunión que refiero, la gobernadora dijo otras cosas interesante en abono a la confianza empresarial.
Veamos.“Manzanillo, aunque es ya el puerto más importante del país, vive un crecimiento exponencial, y no podemos tener el puerto más importante de México que mueve la mayor parte de carga contenerizada del país, y no tener una infraestructura carretera al mismo nivel, para eficientar la logistica y mejorar la atención que se brinda”. Aquí, por lo que vemos, nadie puede negar que el mensaje de la señora gobernadora, tiene como destinatarios fundamentales a todas las y los empresarios locales y nacionales, pero tambien a los extranjeros. Y tal vez, para afianzar la confianza que aun se le pudiera resistir, anunció las proxima obras de infraestructura carretera que su gobierno se propone realizar: “ampliación a seis carriles del tramo Armería-Manzanillo; ampliación a seis carriles del tramo de La Salada; la remodelación del Libramiento Ejército Mexicano; y la obra del nuevo libramiento Colima para sacar la carga de la ciudad…” (Diario de Colima, 26 de enero).
Si yo fuera empresario, y así fuera con mínimos intereses económicos en el puerto de Manzanillo, y me hubieran invitado a la reunión que refiero para escuchar decir todo esto a la gobernadora, seguro que hubiera brincado aplaudiendo de gusto hasta hacer enrojecer las palmas de mis manos. Pero como no lo soy, no tengo más que alegrarme con sinceridad por todos los que sí lo son. Enhorabuena pues, para todo el sector empresarial de la entidad; su confianza y paciencia esta bien correspondida.
Sin embargo, sin sarcasmos alguno, quiero dejar aquí bien asentado, que conosco bien todo lo que aportan las y los empresarios colimenses y foráneos en el desarrollo económico de todo nuestro Estado; si los menciono hoy, no es para denostar su función inevitable, o algo someramente parecido. Pero las leyes que aplican en el análisis concreto y científico de todo fenómeno, nos obligan a ver y estudiar equitativamente hasta donde podamos, todas las aristas fenoménicas posibles que podamos encontrar. Por tanto, al analizar yo, la suerte que viven quienes son los dueños de los medios de toda producción y riqueza, y que son los que prodigan el poco empleo asalariado de que disfrutamos, no puedo dejar fuera, por fuerza, referirme a la suerte que vive el otro sector, es decir, los trabajadores formales e informales con todas sus familias.
Recordemos que, todo el resto de los colimenses, no obstante, incluso nuestra miseria, también tributamos al gobierno con nuestros impuestos; también ponemos nuestra “confianza y paciencia”, y toda nuestra voluntad “para sacar adelante al Estado”. Entonces, es justo y necesario que nos toque también algo, cuando menos algo, de lo mucho o poco que aportamos, en las cuantiosas inversiones que anunció la gobernadora en la reunión que refiero arriba.
Pero no es así. Y sólo un ejemplo daré hoy, pero muy relevante, por cierto, de la situación que viven aún miles de colimenses en los tiempos que corren. El periódico El Noticiero del día 26 de enero pasado, es decir, el mismo día en que se publicó la reunión de la gobernadora con los empresarios, cual gota de hiel en un mar de dulzura, el medio refirió así: “200 escuelas siguen dañadas por el sismo”; y luego, el Secretario de Educación, Adolfo Núñez, afirmó que se ocupan 238 millones de pesos para repararlas. Recordemos que las escuelas están así, dañadas y sin usarse totalmente, desde el día 19 de septiembre de 2022, casi cinco meses del sismo que todos sufrimos. Y aquí, diré como solemos decir por acá: y como ahí, ¿qué?
Finalizo entónces como empecé: urge la necesaria correspondencia de la gobernadora, con la confianza y la paciencia que áun tenemos. El progreso y el bienestar, debes ser para todos. Nos leemos en el proximo.