Hace cuatro años aproximadamente, Ianis Guerrero: actor de la serie Club de cuervos y de la película Nosotros los nobles, estuvo de visita en Colima para presentar su película, la cual dirigió y produjo: Juan y Vanessa, fue una visita relámpago que lo tuvo por acá de casi casi de entrada. En ese momento se me ocurrió regalarle un par de libros de mi autoría «esto lo hago en algunas ocasiones con gente que viene de otros lugares, Vanessa Bauche y amigos/as literatos, intercambiamos libros para leernos, para sabernos, para… en fin». Ianis tomó mi libro, lo guardó y me dijo que lo iba a leer. Fue o fuimos a la presentación de su película, fuimos a comer y luego a un bar y, al otro día tenía una actividad en la Universidad de Colima. Cuando lo llevaba para allá, me dijo que un cuento mío le había gustado y que era ideal para hacerlo cortometraje y me preguntó que qué me parecería trabajarlo como guion para tal fin. Me dijo de cuál cuento se trataba y le dije que sí, que sonaba muy bien. Di por sentado, entonces, que había leído todo el libro en una noche y que eligió ese cuento por la peculiaridad con los personajes, por la historia «que a final de cuentas es una historia de amor» y por el beisbol… Cuando asistí a la presentación de su película: Juan y Vanessa, en un evento realizado en el Museo Regional de Historia de Colima en la Sala de Cine Universitario, me di cuenta de que es una historia de amor, como la historia del Rocket, entonces ahí entendí que a Ianis, como al resto del mundo, les encantan las historias de amor.

Por la tarde se retiró de Colima porque tenía otras actividades pendientes y yo, por mi parte, empecé a transformar mi narrativa en un guion para cortometraje. A la semana y, antes de que ánimo menguara, le envié a Ianis el trabajo que empecé a hacer con el Rocket y me lo devolvió con observaciones y con algunos personajes más y la propuesta de que, en lugar de cortometraje, esto fuera una película. ¿Una película? «pensé y me pregunté» y, entonces, me puse nervioso, me emocioné y me puse a trabajar como desquiciado en pro del proyecto que estaba por arrancar con Ianis. Luego vino la pandemia y todo lo que ya sabemos que eso conllevó, pero yo seguí trabajando a distancia con Ianis en el guion, sus ideas aportaron mucha esencia el idilio amoroso del Rocket con Rosario, la hija del presidente municipal.  

La pandemia fue muy complicada en todos los sentidos para toda la gente. Sin embargo, en mi tiempo libre, le pegaba a la escritura y adaptación de la narrativa a guion cinematográfico «tarea nada sencilla y menos para alguien como yo que tengo poca experiencia en la redacción de guiones», pero con la guía y experiencia de Ianis, esto empezó a fluir. Vimos la necesidad de agregar a algunos personajes más para que la historia tuviera cuerpo y no quedaran cabos sueltos en la historia y todos los personajes se fueran integrando de la mejor manera y tuvieran fuerza, ritmo, vitalidad. El guion fue creciendo, primero redacté 20 cuartillas, luego se hicieron 45, con las observaciones de Ianis y algunos ajustes, llegamos a las 60, integramos a más personajes y crecimos a 80, le seguimos trabajando, ajustamos algunas escenas y agregamos otras y quedó en 92 y, ahora que vino e hicimos una lectura, un pequeño scouting y buscamos el acercamiento con gobierno municipal, estatal y empresarios, vimos que el guion iba a crecer hasta cien cuartillas o poco más, perfecto para un largometraje.

La semana anterior fue intensa pero muy significativa en varios sentidos, primero, el martes, pusimos a nuestro pequeño guion a pelear «tipo sparring» con cuatro invitados/as de súper lujo, gente que sabe de cine, de guiones y de literatura y cultura en general, ahí, el pequeño guion se midió y creo que salió bien librado. Jason Góngora, Yamile Ramírez, Aura Benavides, Oscar Chapula y Mirna Bonós fueron los/as encargados de escuchar esta primera lectura en voz alta del guion de la historia del Rocket, un joven pitcher con amplias posibilidades de crecer a las grandes ligas, pero enamorado de la hija del presidente municipal quien le pone muchos obstáculos y, digamos, ahí empiezan las complicaciones del joven pelotero Ramón Gallardo. Las observaciones de nuestros primeros lectores fueron importantes y tomamos nota puntual para agregar algunas escenas para el desarrollo de los personajes y que no nada más aparezcan así porque sí, sino que tengan un motivo, un peso importante dentro de la historia.

Luego de esa primera lectura que duró poco más de dos horas «con algunas breves interrupciones». Al día siguiente dimos una rueda de prensa a los medios locales para dar a conocer este proyecto y en lo que estamos trabajando, también hicimos un pequeño llamado a las autoridades, público en general y, sobre todo a los empresarios a que se unan a esta iniciativa, la película se filmaría toda en Colima, con actores y actrices también de Colima, así que es buen momento para pensar en invertir en el proyecto y generar derrama económica para el estado. También es el deseo que esta no sea la primera ni la única película que se filme en estos días, sino que se vengan a filmar más.

Al proyecto todavía le hace falta trabajo, esta visita sirvió también para ir al municipio y al gobierno del estado «aquí abro comillas para darles las gracias por su atención, su amabilidad, su recepción y apertura para recibirnos y concedernos algunas cartas que necesitamos para crear nuestra carpeta e incluirla en los estímulos que otorga Eficine y, si todo sale bien, podríamos estar grabando el siguiente año, a finales».

Por lo pronto a mí me queda mucho trabajo en el ajuste de algunas escenas junto con Ianis, vamos a empezar a moverle al asunto del dinero con inversionistas, empresarios, gente del medio tanto de Colima como de la Ciudad de México. Creo en el talento de Ianis como él cree y confía en el mío, de antemano le agradezco el interés, el respaldo, el apoyo y el trabajo que hemos hecho. Lograr que alguien se fije en el potencial que tiene nuestro terruño en muchas áreas, no es tarea fácil. Con esta película, también, pretendemos poner a Colima en el mapa, que volteen a vernos, que, si ahora soy yo el escritor de esta historia de amor, crítica social, política y beisbol, el día de mañana sea otro escritor/a quien esté al frente de un proyecto similar, en fin. Que nos volteen a ver poque sabemos, sé que en Colima hay mucho talento, talento que sólo requiere de una oportunidad que a veces no llega nunca o tarda en hacerlo…  

Gracias Colima, gracias Ianis, gracias a Mirna que sin su apoyo esto no estaría fluyendo y gracias a todas las personas que nos apoyaron y que nos abrieron las puertas para escuchar de este proyecto, este cuento de mi libro De entre sueños y perversiones y gracias a ti que estás leyendo esto…

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