Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Pienso que un gobierno que promueve la mutilación cultural, académica y científica de su pueblo, no prepara a sus gobernados para el bienestar, la superación y emancipación social futura; sino que, por el contrario, los condiciona a modo para el sometimiento, la enajenación y la pobreza más extrema.
Creo no mentir aquí, si afirmo que ya casi para nadie de mediana edad son desconocidas las trágicas consecuencias que sufrió la humanidad entera, a manos de los potentados mundiales que instigaron la hecatombe conocida como Segunda Guerra Mundial. Pero, para rescatar la memoria de los intentos mutiladores del gobierno mexicano de ahora, transcribo a continuación lo escrito por un historiador español.
“En 1945, el fin de la segunda guerra mundial dejaba un mundo destrozado y hambriento. Alemania había perdido una gran parte de sus viviendas como consecuencia de los bombardeos y en Japón se había destruido el 40 por ciento de las áreas urbanas. La Unión Soviética fue el país más gravemente afectado: perdió una cuarta parte de su riqueza nacional y tuvo unos 27 millones de muertos, de los que las tres cuartas partes eran hombres de entre quince y cuarenta y cinco años. En la amplia franja de territorio que habían ocupado los alemanes apenas quedó intacta una sola fábrica, granja colectiva, mina o zona residencial. Se arrasaron 1,700 ciudades y unas 70,000 aldeas; distritos enteros sufrieron tal devastación que la actividad agrícola cesó en la práctica. A la destrucción se sumó el hambre. La cantidad de alimentos disponibles por persona era en 1945 mucho menor que en 1939, y la situación se vio agravada por la combinación de una sequía que arruinó las cosechas de 1946 en buena parte del mundo y del frío invierno de 1946 a 1947. El hambre se extendió no sólo por Europa y la Unión Soviética, sino también por Corea, China, India o Indonesia. A los millones de muertos causados por la guerra habría que sumarles otros millones de víctimas de las grandes hambrunas de 1945 a 1947” (Josep Fontana, Por el Bien del Imperio)
Sólo una mente trastornada no entendería someramente lo que esto significó para la humanidad entera. Pero, el huevo de la serpiente había sido incubado en Alemania, y desde ahí, el atentado contra el mundo.
El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler llega al poder con amplia simpatía de muchos alemanes encabezando al Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), y con él, los nazis convirtieron a Alemania en una dictadura. El primer paso para el absoluto sometimiento alemán estaba en marcha, y la dictadura decretó la suspensión total de los derechos civiles de la población. Pero había aún, un obstáculo para las ambiciones de Hitler: el histórico desarrollo cultural, científico y filosófico de los alemanes.
Pero el Führer ya había decidido: “A partir de ahora no vamos a mostrar ninguna misericordia. Quien se interponga en nuestro camino será sacrificado”. Y así fue. El 10 de mayo de 1933 fueron quemados en las plazas de muchas universidades miles y miles de libros, ejemplares de autores de talla de Karl Marx, Sigmundo Freud, Erich María Remarque, Carl von Ossietzky y Kurt Tucholsky entre muchos otros. El partido nazi quería controlar todos los ámbitos de la vida, evidentemente, la cultura y el conocimiento eran un obstáculo importante para lograr dicho objetivo. Con la simbólica quema de libros de autores progresistas, Hitler se proponía destruir la tradición cultural alemana para imponer su propia cultura, la cultura del sometimiento total.
Se sabe que el poeta alemán Heinrich Heine, cuyos libros desaparecieron quemados ese trágico 10 de mayo de 1933, había escrito años antes: “donde se queman libros, al final se acaba quemando gente”. Y tuvo razón. Era este un oscuro presagio que se haría realidad años más tarde en los campos de concentración y exterminio nazi. Hasta aquí dejo la referencia histórica.
Pero, salvo la popularidad inducida, si no cuidamos aquí la debida proporción, haríamos mal equiparando del todo al presidente López Obrador con el Führer de 1933, y a Morena con el partido Nazi. Sin embargo, dado que los huevos de serpiente comienzan siendo siempre una minúscula y casi insignificante e inofensiva célula, haríamos bien en preguntarnos, ¿a qué viene todo ese enfrentamiento del presidente con la comunidad intelectual, periodística, cultural, científica y tecnológica? ¿Por qué persigue y combate de manera tan feroz la verdadera organización popular? Y, además, ahora, ¿qué busca con la modificación y mutilación de los Libros de Texto Gratuitos (LTG)?
Es cierto que mutilar los libros no es igual a quemarlos; pero es verdad que la mutilación privará a nuestros hijos de conocimientos indispensables que los padres tuvimos en nuestra educación primaria. Además, no olvidemos que, en los hogares más pobres, los LTG eran casi siempre los únicos materiales de cultura y ciencia accesibles a la comunidad familiar en general.
Y la mutilación de los libros ya está aquí. De acuerdo a especialistas en el tema, tan sólo hablando de la enseñanza de las matemáticas, la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que es el nombre de la reforma educativa del presidente, organizó el mapa curricular en campos formativos, donde el aprendizaje de las matemáticas queda integrado sólo de forma enunciativa en los cinco libros del estudiante: Múltiples Lenguajes, Nuestros Saberes, Proyectos de Aula, Escolares y comunitarios. Pero el daño fue terrible.
En primer grado de primaria se contemplan 52 lecciones de temas sociales, contra diez temas propiamente matemáticos; en segundo, siete temas en el libro de Saberes y tres en el de Múltiples Lenguajes; en tercero, nueve y tres; y para cuarto, ocho en Saberes y tres en Lenguajes. Para tener una comparación con los modernos libros mutilados, el libro desechado, Desafíos matemáticos de cuarto grado de primaria, tenía 150 lecciones de matemáticas que se traducían en aproximadamente diez lecciones por mes (educación.nexos.com.mx.)
Pero esto no es todo; también habrá menos lectura para nuestros hijos. Tomemos como ejemplo el libro de lecturas de tercero de primaria que va de salida. Tenía en su contenido una muy buena y didáctica compilación de grandes plumas: García Márquez, José Martí, Sor Juana Inés de la Cruz, Leopoldo Lugones, Carlo Collodi, Walt Whitman, Jorge Luis Borges, Mary Shelley, Edgar Alan Poe, Rosario Castellanos, Amado Nervo, Antonio Machado, Xavier Villaurrutia, Oscar Wilde, Cervantes, Tolstoi, entre otros. En contraste, el nuevo libro de Múltiples Lenguajes, tiene únicamente seis textos literarios de autores contemporáneos poco conocidos, y seis lecturas recreativas en medio de 36 textos informativos de temas muy generales y diversos (mismo enlace). He aquí la mutilación del conocimiento.
Heine predijo que Hitler acabaría quemando gente. Yo digo que la Cuarta Transformación acabará mutilando la conciencia social de los mexicanos. Porque, un gobierno que vive y somete con la mentira, necesariamente necesita de la ignorancia. Urge componer el rumbo de nuestra patria con nuestro voto.