*“Pude atestiguar que no le debemos nada a universidades europeas destacadas; en infraestructura y recursos tal vez, pero no en el capital e intelecto humano”: Daniel Jiménez, estudiante de doctorado en la Universidad de Colima.
De regreso del 72 Encuentro de Premios Nobel de Lindau, Alemania, Daniel Tiburcio Jiménez, estudiante del Doctorado en Ciencias Médicas de la Facultad de Medicina, comentó en entrevista que la experiencia internacional que vivió durante varios días eliminó en él prejuicios personales y profesionales que ahora le permiten revalorar su país y su alcance profesional, además de que lo inspiró y enfocó en su plan de trabajo.
“A nivel intelectual, las personas que conocí están libres de prejuicios, se enfocan a trabajar y no pierden el tiempo en comparar su trabajo con otros”, dijo Daniel Jiménez, quien recibió una gran aceptación de sus colegas en este viaje y nadie le vio como menos por ser mexicano, un prejuicio que llevaba con él.
“Hay muchas cosas por las cuales México y su gente somos únicos, y eso nos da ventaja sobre todos en esos países”, dijo orgulloso. “La experiencia fue positiva y reveladora para mí”.
Durante una semana, explicó Daniel Jiménez, se reunieron unos 40 premios Nobel con 635 jóvenes científicos. Con una agenda llena, de 7 de la mañana a 11 de la noche se realizaron diversas actividades sociales, exposiciones y ponencias sobre la diversidad en la ciencia, inteligencia artificial en medicina y el impacto del cambio climático en la salud, informó.
Destacó la ponencia de la premio Nobel Emmanuelle Charpentier, quien descubrió una tecnología de ADN denominada CRISP9, por la cual recibió el máximo premio a la ciencia.
Otra actividad destacada e inspiradora para Daniel Jiménez fue la presentación de los resultados de un estudio realizado por científicos franceses que curaron la tetraplejia, que es la parálisis total del cuerpo y por ello recibieron también el Premio Nobel. Un resultado sorprendente, agregó Jiménez, “porque incluso después de quitarle este tratamiento, el paciente continuó mejorando”.
“Ésa es la medicina actual y estos esfuerzos son inspiradores”, dijo Daniel. Para él, este evento partió su concepción del trabajo en un antes y un después.
Otro evento inspirador fue conocer a la premio Nobel Frances Hamilton Arnold, quien es una científica e ingeniera química estadounidense, “una mujer extraordinaria, sencilla y además hábil para comunicarse con todos. Sus habilidades de comunicación la hacen destacar”.
Al presentarle su proyecto al jefe inmediato, relató Daniel, éste le dijo que no servía lo que había hecho y entonces Frances Arnold se planteó dos opciones, cambiar de tema por recomendaciones de su jefe, que era una persona mucho más preparada, o defender y seguir su proyecto. Tomó la segunda opción, lo que la hizo merecedora del Premio Nobel de Química en 2018.
“Otra de las actividades del encuentro que nos permitieron convivir con las grandes personalidades de la ciencia mundial fueron las caminatas informales con los premio Nobel. No esperaba que fueran tan saludables físicamente, porque realizamos varias actividades que demandan esfuerzo”.
Además, convivieron con las y los premios Nobel en un elegante paseo en bote, un día de campo en una isla y en un panel sobre cambio climático, “donde presenciamos manifestaciones radicales sobre estos científicos”.
Sobre su plan después de esta experiencia de movilidad, Daniel Jiménez aseguró que la única manera de completar la experiencia es compartir lo que hizo con otros colegas. También buscará entrar al Sistema Nacional de Investigadores y continuar su investigación enfocada a la genética e incorporar la inteligencia artificial. También le interesa la docencia.
Recomendó siempre tener apertura a la ciencia y no pensar que México no destaca porque, aseguró, “pude atestiguar que no le debemos nada a universidades europeas destacadas; en infraestructura y recursos tal vez, pero no en el capital e intelecto humano”.
A quienes tienen inseguridad de salir del país o mostrar su trabajo en otros lados, les dijo que “hay un gran número de mexicanos y latinos haciendo doctorados en Europa, en entornos no tan favorables que los hace destacar aún más”.