Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima

Una de las condiciones básicas para asegurar su existencia y multiplicación exponencial, el modo de producción capitalista, como quiera que se le quiera llamar, es la explotación de mano de obra asalariada y de los recursos naturales endémicos. Plusvalía, le llamó Carlos Marx en su obra cumbre, a la motivación principal de los poderosos empresarios capitalistas, cuando deciden llevar “bondadosamente” sus capitales como inversiones en forma de modernos emporios fabriles, a los rincones más insospechados del planeta.

Y no puede ser de otra manera. El capitalista existe sólo para comprar fuerza de trabajo para ponerla a trabajar en sus modernas fábricas, y venderla después como trabajo en forma de mercancía. Es en el proceso de producción de la mercancía, donde la fuerza de trabajo le genera al capitalista el plus trabajo, el plus producto y el plus valor del que se apropia gracias a las leyes creadas por el mismo modelo productivo. Luego viene el mercado a convertir el plus valor en plus precio y plus dinero. Y aquí tenemos ya la razón principal que motiva a los grandes empresarios de todo el mundo a “compartir” sus fortunas con los trabajadores más pobres.

No es difícil ver esto que digo, si reparamos en el hecho tangible, de que, los patrones, del nivel económico de que se trate, nunca van a dar en forma de salario a los trabajadores, la misma cantidad de valor que los mismos trabajadores les dan en forma de fuerza de trabajo (trabajo). ¿dónde estaría entonces la motivación principal del negocio, si no fuera de esta manera?

He aquí, como dije ya, la esencia del modelo de producción capitalista o neoliberalismo. Y conforme a las leyes creadas por el propio modelo, la situación del trabajador no tiene remedio ni va a cambiar, mientras no cambie el modelo mismo.

Lo dicho hasta aquí, me permite fundamentar algunas apresuradas reflexiones, acerca de la oposición de algunos pobladores del municipio de Armería, a la instalación en su zona turística de una fábrica productora de fertilizantes, una planta de urea y amoniaco en las cercanías de Cuyutlán, un lugar emblemático por el famoso fenómeno llamado “la Ola Verde”.

Veamos algunas notas recientes que ha generado el conflicto, para darnos una idea de la magnitud del problema al que se van a enfrentar los pobladores.

2 de agosto pasado; Diario Avanzada: “Pretenden construir una planta de amoniaco y urea en Armería, invertirán 1,500 MDD”; ahí se dijo que el proyecto se encuentra en proceso de evaluación de impacto ambiental, y que es impulsado por la extranjera FERMACHEM S. de R. L. porque tiene como objetivo principal la producción de fertilizantes nitrogenados para abastecer la creciente demanda en México y posiblemente a nivel internacional. Se dijo que el proyecto contempla la construcción de una Planta de Amoniaco y Urea granulada (PAU), una Planta Desaladora (PD) y un Acueducto en el municipio de Armería. La PAU está diseñada para producir 3,500 toneladas métricas por día de amoniaco y 2,860 toneladas métricas por día de urea granulada. La PD, por su parte, tiene la capacidad de producir 1,300 m3 por hora de agua desalada que se conducirá a través de un Acueducto hasta la PAU.

El 11 de septiembre, en el Diario de Colima, el presidente de la junta municipal de Cuyutlán, Francisco Javier Aguirre Santillán, dijo que la noticia les cayó “de sorpresa”, y que hay preocupación por la contaminación que pueda provocar para la población. Afirmó que la planta se pretende construir al sur de la carretera federal 200-D en el tramo Colima-Manzanillo, y las vías Ferreras, al norte con el estero Palo Verde, entre Armería y Cuyutlán.

El 13 de septiembre, el medio MEGANOTICIAS publicó una nota que dice así: “En contra de autorizar Planta de Amoniaco en Armería”; y ahí se dijo que la gobernadora Indira Vizcaíno se manifestó en contra de la instalación de la planta mencionada: “…con la información que tenemos, estaríamos en condiciones de emitir una opinión negativa, por el impacto que se podría tener en la calidad del agua. Ellos están planteando en términos generales en tomar agua de mar, desalinizada (sic), utilizarla en su proceso y esta salinidad arrojarla nuevamente al mar, eso puede tener consecuencias en la alteración del PH”. A mí me parece lógico lo que die la mandataria, pero incierto, vago y muy poco creíble.

Sigamos. El día 19 de septiembre VDN NOTICIAS lo dijo así: “Preocupación por la Planta de Amoniaco y Urea en Armería: Organizaciones, colectivos y activistas la rechazan”; luego abundó: “La comunidad de Cuyutlán se encuentra en estado de alerta por el proyecto en una ubicación crítica, encontrándose a escasos 3 kilómetros del centro del municipio y en las proximidades del Vaso IV de la Laguna de Cuyutlán, un humedal de importancia internacional protegido por la Convención RAMSAR. Además, dicha planta estaría cercana al Estero Palo Verde, que actualmente es de gran relevancia ecoturística, y el Tortugario de Cuyutlán, un emblema de conservación de especies amenazadas para todo el Estado”

Y cuando ya creíamos que las protestas, la oposición y la negativa final de las autoridades a la instalación de la Planta mencionada era inminente, vienen dos notas más.

Una es del 1 de octubre, donde José Díaz Madrigal, un columnista de COLIMANOTICIAS, se atrevió a los impensable; su trabajó se tituló: “Condiciones para permitir la planta de Amoniaco y Urea en Cuyutlán”. No citaré el documento por obvio de espacio, pero pone ahí el autor, como si desconociera como operan los capitalistas, una serie de condiciones que abundan en inversiones millonarias en beneficio de los pobladores y el municipio. Estoy seguro que los inversionistas extranjeros que vienen en búsqueda de incrementar sus fortunas, ni siquiera lo leerán.

La otra nota es mucho más relevante. Es del día 20 de octubre y apareció en el medio AD Archivo Digital, y es un comunicado de FERMACHEM S. de R. L que dice así: “Comunicado oficial sobre la instalación de la planta de urea y amoniaco en Cuyutlán, Armería, Colima”. Tampoco citaré el contenido del documento; pero en 12 puntos sintetiza la empresa, todas las bondades que su planta traerá para todos los pobladores de Cuyutlán, para el municipio de Armería, para el Estado de Colima, para el país, y creo que para el mundo entero, que uno se puede quedar maravillado. En síntesis, y por la seguridad de lo que se dice la empresa en su documento, pareciera que la instalación de la Planta es todo un hecho. Y no lo dudo ni tantito.

Aún no se conoce el veredicto final de SEMARNAT ni del gobierno del Estado; pero en el Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Marx y Engels en 1845, se dice que, el Estado, no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa. Y, por el tema que ya tratamos aquí, veremos que esto, al día de hoy, aplica.

Si el gobierno de ahora, en verdad quiere defender a sus gobernados y sus recursos naturales, deberá trabajar entonces junto con ellos para cambiar el modelo de producción capitalista. ¿Están listos México y Colima para un cambio de semejante trascendencia? No lo creo. Mejor sigamos organizando y educando. Necesitamos un gobierno verdaderamente del pueblo.

Comparte esta entrada
error: Content is protected !!