Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Procurando orientarme un poco, en la búsqueda de la motivación principal que llevó a los primeros seres humanos, a querer entender la esencia primera del origen de las dificultades que encontró para procurar explicarse su existencia en el mundo, dos citas encontré en una magistral obra del político, filósofo y profesor universitario italiano, llamado Rodolfo Mondolfo, que hoy quiero compartir con mis escasos lectores.
La primera cita es de Aristóteles, el filósofo de Estagira muerto en el 322 a. C, que aparece en una de sus obras más estudiadas llamada Metafísica, de la que, según se dice, él mismo clasificó como “primera filosofía”. La cita dice así: “Quien percibe una dificultad y se admira, reconoce su propia ignorancia. Y por ello, desde cierto punto de vista, también el amante del mito es filósofo, ya que el mito se compone de maravillas” (Aristóteles, Metafísica, I, 2, 982b).
La otra cita es más antigua aún, pues pertenece a Platón, su maestro, el filósofo griego muerto en el 347 a.C.; quien la dijo de la siguiente manera según Mondolfo: “Precisamente, es característico del filósofo este estado de ánimo: el de la maravilla, pues el principio de la filosofía no es otro, y aquél que ha dicho que Iris (la filosofía) es hija de Thaumante (la maravilla), no ha establecido mal la genealogía” (Platón, Teeteto, 155d).
La lección hasta aquí es obligada: percibir las dificultades ocultas, y admirarse (maravillarse) de ellas, es el primer paso para solventar nuestra ignorancia y comenzar a resolverlas.
Con todo el respeto que me merecen los filósofos citados, dado el profundo sentido del contexto de sus citas, me atrevo a rescatarlas aquí, para sacar una conclusión que nos es sumamente de utilidad ahora, a los que pretendemos entender la esencia de la realidad social en que vivimos, con todas sus terribles y muy conocidas consecuencias.
Disculpando pues el atrevimiento, entonces digo conforme a lo sentenciado por el estagirita lo siguiente: quien no perciba las dificultades reales que se le presentan, y no se admire ni un poco por ello, jamás reconocerá su propia ignorancia, y por tanto, habrá de sufrir él y sus contemporáneos, en esa misma medida, entonces, las más terribles y desagradables consecuencias. Entender bien y asimilar a profundidad todo cuanto nos sucede, es la primera condición para dirigir bien, así se trate de nuestro devenir personal, familiar, o incluso el destino mismo de una nación. Hasta aquí dejo hoy, la conclusión que me inspiraron las citas ya vistas de los filósofos universalmente conocidos.
Ahora hablemos de algo más mundano: el contenido de los discursos de los candidatos a la presidencia de la República, y el de los informes gubernamentales; mismos que comienzan a inundar todos, o casi todos, los espacios de los medios escritos, televisivos, radiofónicos y digitales de información.
De los discursos de las campañas electorales adelantadas, todavía queda por delante mucho que soportar. Por ello, sólo conviene decir aquí por el momento, que, dado que hasta ahora parecen ser lo mismo de siempre, no olvidemos contrastar todo lo que nos digan, siempre y en todo momento, como suele decir el pueblo: el dicho con el hecho. Ya hay bastante, bastantísimo material didáctico, como para darnos cuenta cabal si lo que dicen los candidatos es verdad o mentira. ¿Dónde y con quién está, todo aquello bueno y mejor que hicieron para todos como gobierno o como parte de él, como para que ahora vengan a decirnos que viviremos mejor bajo su mandato? No olvidemos aquello que se suele decir en las redes sociales: el que paga para llegar, siempre llega para robar. Esto, el pueblo bueno y sabio lo sabe. Ojalá que no echemos en saco roto las lecciones de la historia.
Y en relación a los discursos de los informes gubernamentales, recomiendo algo parecido. Pero hablemos de lo que nos consta. En Colima, ya vivimos el primer tercio del gobierno de un partido que prometió ser diferente y mejor a lo que sufrimos en los últimos 90 años. Y en días recientes, ya recibimos el segundo informe de gobierno de esta nueva manera de hacer las cosas; ¿se corresponde lo que nos dijo la gobernadora con la realidad que vivimos? Es cierto que la maestra Indira Vizcaíno Silva encontró un Estado hecho pedazos, sumido en pobreza laboral y social, en el desempleo, la inseguridad, la falta de obra pública social, malos y pocos espacios educativos; y, en general, un gobierno con mucho que reparar. Y ante todo esto, ¿ya podemos decir que comenzamos a ver la luz al final del túnel? Yo sinceramente no lo creo.
Leí atentamente gran parte del discurso del informe de la gobernadora, y lo que ella dice ahí, sinceramente no me parece poco ni malo; distingo en todo, bastantes y sinceros intentos por componer el estado de cosas en que nos encontramos. Pero, decir que ya se distingue cuando menos en todo eso, el rumbo de la solución que necesitamos, me parece que no sería correcto.
Tres temas brillaron por su ausencia en el informe de la gobernadora, entre otros, que, de atenderlos, nos dirían claramente que comenzamos a caminar por un rumbo diferente y mejor: la falta de más y mejor vivienda popular, la falta de obra pública en pueblos y colonias más pobres, y la falta de empleo suficiente y remunerador. Tal vez se puede decir que todo lo hecho e informado hasta ahora, no son sino las bases de todo lo que se pretende hacer después, pero, ¿dónde y cómo vivirán los colimenses más pobres mientras eso llega?, y lo más importante, ¿de dónde sacarán su sustento los colimenses más pobres, tomando en cuenta que las “ayudas del Bienestar” no son efectivas ni suficientes para todos?
Pero como ya dije, es sólo el primer tercio de lo que está por venir. Esperaremos con impaciencia lo prometido. Pero, ¿se aplicará la sentencia aristotélica este nuevo gobierno que hoy sufrimos? Esperemos que sí. De lo contrario, no hay de otra. Debemos seguir haciendo lo que ya con los gobiernos anteriores hacíamos: organizarnos, educarnos y luchar por todo aquello a lo que tenemos derecho y que se nos ha negado. Veremos.