Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima

Hace unos días, me topé con una nota periodística de un medio de circulación nacional que llamó sumamente mi atención por parecerme, al momento que la leí, escandalosamente contradictoria en relación a la vida que sufren millones de mexicanos diseminados, hacinados, maltratados y abandonados por los gobiernos en todo el país.

Para que se entienda cuando menos un poco la irritación que me generó la nota que referiré a continuación, es necesario primero decir aquí que, horas antes de leerla, la realidad social que acababa yo de presenciar en la capital misma del Estado más pequeño y menos poblado del país, no era para menos.

Veamos algo de esa realidad que digo. Cansados por el abandono gubernamental sufrido ya desde hace por lo menos 20 años, humildes familias asentadas en dos colonias populares ubicadas al sur de la ciudad que es sede del gobierno colimenses, solicitaron la intervención y asesoría del Movimiento Antorchista para dirigirse a las autoridades estatales y municipales, con el fin de ser escuchadas sus quejas y atendidas las múltiples necesidades que padecen.

El primer caso es la colonia llamada Villas del Sur, que, por la estructura que a simple vista se nota, pareciera uno de esos fraccionamientos promovidos por desarrolladores de vivienda tolerados por las autoridades municipales y estatales, con los que se pretende simular el apoyo y la promoción de la vivienda digna y decorosa que ordena la Constitución. Pero no es así.

El asentamiento fue construido por una empresa desarrolladora ya desaparecida, y por circunstancias que aún no ha esclarecido el ayuntamiento capitalino, dejó inconclusas muchas viviendas y un gran número de lotes abandonados, la infraestructura totalmente inservible y los trámites de municipalización totalmente abandonados; por lo que las poco más de 200 familias que ahí adquirieron su patrimonio, minúsculo, por cierto, se encuentran en desamparo total. No funciona ninguna lámpara del alumbrado público, no hay servicio de recolección de basura, no hay transporte público ni servicios educativos cercanos, reina ahí la total inseguridad, sus calles, aunque con algo de empedrado muestran un deterioro de años; y para acabarla de amolar, sufren por escurrimientos de aguas negras que inundan la parte mas baja de la colonia, y ponen en serio peligro su salud y la de sus hijos. Hasta ahora la autoridad municipal argumenta que no puede intervenir oficialmente porque no le ha sido entregado el fraccionamiento, y como no hay empresa a quien reclamarle, los vecinos están en total desamparo.

El otro caso es un asentamiento que llama Prados de la Estancia, que tiene por lo menos dos décadas de existencia; la adquisición de los lotes la hicieron por su cuenta los vecinos a un particular que, luego de consumado el negocio, al día de hoy poco se sabe de su existencia. Hay reventa de lotes por parte de quienes ostentan mayor astucia para esos menesteres. Pero los posesionarios que ahí están, más de cien por lo menos, viven en sus improvisadas viviendas sin ningún servicio. No están definidas sus calles que asemejan brechas montosas; no tienen servicio de agua potable, energía eléctrica ni drenaje; no entra el servicio de transporte público, los taxis ni la seguridad pública; no entra el camión de la basura, las ambulancias ni los bomberos; y ya ni hablar de la existencia de instituciones educativas de ningún tipo. Cuando llueve (seis meses del año), los padres deben sortear arroyos y charcos para poder salir de la colonia a llevar a sus hijos a la escuela o buscar comestibles y servicios de salud.

Las autoridades por su parte, no intervienen porque se escudan diciendo que se trata de un asentamiento irregular promovido sin ningún tipo de ordenamiento urbano; y dejan la responsabilidad a los asentados mismos y a quien les vendió. Aunque se sabe que en épocas de campañas electorales siempre los buscan, porque su credencial de elector sí que la encuentran muy regular para votar.

Esto que describo aquí, y más que no digo por obvio de espacio, es solo un resumen de lo que ahora veo semanalmente cada vez que nos reunimos con estas humildes familias para buscar soluciones contra el abandono social que sufren.

Por tanto, encontrarme ahora con una nota periodística nacional que venga a decir que, a seis años de gobierno federal morenista los mexicanos ya estamos mejor, es indignante para cualquiera que sea partidario de la verdad.

He aquí la nota que indigna: “Valida Banco Mundial: 9.5 millones fuera de la pobreza en México”; y luego se dijo ahí de la siguiente manera: “La mejora en el ingreso de los trabajadores y el aumento en el universo de personas que tienen empleo impulsó a 9.5 millones de mexicanos a salir de la pobreza entre 2018 y 2024, una cifra que no tiene precedente para un período de seis años, reveló el Banco de México (BM)” (La Jornada, 5 de septiembre de 2024). ¿Hablan en serio?

Es decir, ¿salieron de la pobreza 9.5 millones de mexicanos, menos los pobres de las colonias Prados de la Estancia, Villas del sur y otras más que seguramente sufren lo mismo o tal vez cosas peores? La insolencia ya no tiene limites en esto que ahora nos sucede a casi todos los mexicanos.

Y cuando ya estaba a punto de gritar mi indignación, recordé algo que calmó mi ánimo impetuoso y el de mis nuevos compañeros que ya he referido. Tal como sucede cuando recibes una broma de mal gusto en un día 28 de diciembre; caí luego en la cuenta de la fecha del calendario. Lo que pasa es que estamos en el período de resaca mediática gubernamental, es decir, lo que le sigue a un informe presidencial. El día primero de septiembre pasado, el presidente López Obrador rindió su último informe presidencial (por fortuna el último) a todos los mexicanos. Los 9.5 millones de compatriotas que ya salieron de la pobreza, nadie los ve ni los oye porque no son de carne y hueso, sino de papel; y viven en la imaginación de los otros datos del señor presidente de la República. Ahora todo cobra sentido.

Finalmente digo que, una vez disipada la nauseabunda humareda del incienso mediático, que sobre el informe presidencial se esta dosificando en estos días, la tarea para las familias más abandonadas seguirá siendo siempre la misma mientras no cambien en serio las cosas: organizarse y defenderse solidariamente para conquistar una vida mejor para sus familias. Y en esto, los humildes colonos de Prados de la Estancia y Villas del Sur están poniendo el ejemplo; y el Movimiento Antorchista Nacional estará siempre luchando por el bienestar de ellos.

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