Por Luis Enrique López Carreón     

Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima

 

Ya casi se cumple un mes del salvaje asesinato de una familia de dirigentes antorchistas en Guerrero, y la Fiscalía General de aquel Estado, y por lo tanto, también su Gobierno, no dan aún indicios claros ni serios de querer esclarecer pronto este crimen bestial. Todos los muertos por asesinato merecen justicia, pero los asesinados por cumplir con su deber, mucho más. Conrado Hernández Domínguez y su esposa Mercedes, eran dirigentes antorchistas de los pobres del Estado de Guerrero; y su pequeño hijito, Vladimir, que apenas cursaba lo muy elemental de la educación, no le hacía ningún mal a nadie. La gobernadora de aquel Estado debe una explicación a sus gobernados.

 

Dos circunstancias debemos recordar aquí, que sirven de marco tétrico de muerte que vemos por todo el país: la fallida estrategia federal de seguridad llamada, “abrazos, no balazos”, por un lado, y el ataque verbal sistemático a las organizaciones populares y sus dirigentes, por el otro, que el presidente López Obrador lanza en sus mañaneras cada vez que tiene ocasión. Es muy seguro que a nuestros compañeros los mató la campaña oficial de odio visceral, que permea la vida política de toda la nación. Pero la verdad siempre sale a la luz. Esperaremos por tanto las investigaciones correspondientes.

 

Pero no esperaremos con los brazos caídos. Ya arrancó nuestra protesta nacional por todos lados reclamando justicia; y con la inauguración de la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional del Movimiento Antorchista, lanzaremos a todo el país una voz multitudinaria de reclamo, que no parará hasta que cese la agresión verbal inmerecida contra Antorcha, y encarcelen a los asesinos de nuestros compañeros.

 

Cuando circule este modesto documento entre mis escasos y pacientes lectores, muy seguramente ya habrán arrancado las competencias deportivas de la Espartaqueada; ya la energía entusiasta de la juventud mexicana, a manera de simbólica protesta, estará disputándose en las canchas los primeros lugares que habrán de coronar su tenaz esfuerzo. No es pues sólo para promocionar el evento que yo escribo hoy. Lo hago, más bien, para ponderar entre propios y extraños, el ingente y descomunal esfuerzo que el antorchismo nacional ha hecho, y hace, para rescatar a los mexicanos más humildes de las garras de la violencia homicida, que los consume en la zozobra todos los días. El deporte también salva.

 

Por las estadísticas en poder de la Comisión Deportiva Nacional Antorchista (Codena), sabemos, que a competir a Tecomatlán Puebla acudirán más de 8 mil deportistas organizados en equipos, categorías y ramas, en Atletismo, Natación, Basquetbol, Volibol, Futbol y Beisbol. Pero que, para concurrir en tamaña hazaña, más de 25 mil deportistas diseminados en todo el país, compitieron en torneos locales de selección para conseguir su pase y lugar en las competencias nacionales. Como dije, esto significa toda una hazaña deportiva, sobre todo, viniendo de una organización popular no gubernamental, y prácticamente sin ningún recurso económico oficial. Ya sólo por esto, auguro que el evento deportivo será, a no dudarlo, todo un éxito que redundará en ejemplo organizativo para el pueblo de México.  

 

Pero, si alguna duda cabe aún de lo que me atrevo a decir aquí, invito a todo aquel mexicano desprejuiciado que así lo quiera, a que siga las transmisiones en vivo a través de las redes y páginas oficiales del evento; del 6 al 14 de mayo tendrá lugar la hazaña histórica que refiero. No se la pierdan.

 

Pero dije ya que el deporte también salva, y es verdad. Hoy más que nunca antes en la historia reciente, urge a la juventud mexicana, de hombres y mujeres solidarios, honestos y preocupados, como los antorchistas, que los rescaten con su esfuerzo organizado de las garras de la violencia y las adicciones. El joven mexicano que esté ejercitándose deportivamente en una cancha en sana competición, por ese sólo hecho, no estará, mientras se ejercita, delinquiendo, violentando ni embruteciéndose, auto agrediéndose o inmolándose, con la delincuencia, el alcohol y las drogas. Pero no sólo eso. El deportista estará siempre más sano, fuerte y ágil, y más propenso y sensibilizado para la solidaridad y el compañerismo. El deportista será siempre más humano y humanista, y tenderá, por lo mismo, siempre a la superación social y al triunfo organizado. He aquí la importancia adicional de la XXI Espartaqueada.

 

Pero el deporte nacional, como la seguridad ciudadana, es tema abandonado por el gobierno que se autoproclama de la Cuarta Transformación. Según datos de INEGI y de la CONADE, al menos el 60 por ciento de los adultos mexicanos no hace ningún tipo de actividad física; pero, además, el 18 por ciento de ellos nunca ha practicado alguna actividad deportiva. He aquí la consecuencia del abandono en que se encuentra la construcción de obra pública deportiva, parques, canchas o gimnasios. Pero lo mismo pasa en el deporte profesional. Hace algunas semanas, circuló la noticia por todo el país, que las nadadoras mexicanas que integran la selección que nos representará en los Juegos Olímpicos de París 2024, estaban ofreciendo en venta sus trajes de baño para reunir recursos económicos, para pagar los gastos y acudir a su competición. Es toda una tragedia, bajo este gobierno, ser también un deportista de alto rendimiento.

 

Pero la batalla no esta perdida, los deportistas no están solos; el pueblo organizado en el Movimiento Antorchista también somos amantes del deporte, y lo defenderemos. Vengan a Antorcha todos los deportistas, y desplegaran como nunca todas sus capacidades deportivas, cultivadas con el sudor y el esfuerzo del entusiasmo superador. Vengan con Antorcha y construyamos juntos una nación nueva, más justa, humanista y solidaria para todos. Vengan, antes de que sea demasiado tarde.

 

Compañero Conrado, compañera Mercedes, compañerito Vladimir; su muerte no quedará impune. Los mexicanos buenos no nos cansaremos nunca de exigir justicia para ustedes, y para todas las víctimas de la indolencia homicida gubernamental. Conforme a este gobierno que hoy vivimos, hoy son ustedes, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros. Deporte sí, violencia no. ¡Viva la XXI Espartaqueada Deportiva de Antorcha!

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