Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
En el mes de junio del año 2018, el director general del Centro Jalisco de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), informó en el medio Estación Pacífico, que existía un proyecto para que en el 2019, se construyera un tercer carril exclusivo para los vehículos de carga pesada en 12 kilómetros del tramo entre el entronque de Acatlán y las Plazas Outlet, donde inevitablemente los tráiler generan problemas viales; pues, según sus estimaciones oficiales, para entonces, eran ya unos 7 mil tractocamiones los que circulaban diariamente por esta vía, muchos de ellos desde Manzanillo. Pero el primero de diciembre de ese mismo año, Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de la República; y el proyecto, sólo quedó en proyecto. Los camiones con sus mercancías a cuestas, directa o indirectamente, siguen provocando accidentes mortales incluso en otros tramos de la autopista, como el choque múltiple ocurrido el pasado 22 de junio en la zona de las tolvaneras.
El viernes 4 de noviembre de 2022, entró en operación el tramo de carretera llamada Transvolcánica, con el objetivo, según se dijo, de reducir accidentes vehiculares y agilizar el recorrido que se hacía de Colima a Guadalajara y viceversa. La inversión total fue de 3 mil 278 millones de pesos, y las obras se llevaron a cabo del kilómetro 103 al 120, donde se requirió construir 14 puentes y siete estructuras espaciales (El Occidental, 6 de noviembre de 2022). Pero como ya vimos en días recientes, dado el tránsito continuo de transportes de carga pesada, que los accidentes mortales siguen siendo casi el pan de cada día, que el ocurrido el 4 de junio en las inmediaciones del puente de Beltrán, una carambola donde varios vehículos resultaron incendiados, con un saldo trágico de cuatro muertos y dos lesionados.
El mismo años, el miércoles 16 de noviembre, dieron comienzo los trabajos de la ampliación de la autopista Armería-Manzanillo, obra con la que se pretende incrementar a seis carriles esta importante vía; el director de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), Jorge Nuño Lara, luego de informar que la inversión total sería de 4 mil 400 millones de pesos, afirmó también lo siguiente: “…por aquí pasan cerca de 19 mil vehículos todos los días, el 40 por ciento de ellos son vehículos pesados, es una carretera dedicada al transporte de carga pesada que va hacia el puerto (de Manzanillo), esta obra dará una expansión potencial al puerto dentro de los próximos años” (Estación Pacífico, 16 de noviembre de 2022). Posteriormente, la gobernadora Indira Vizcaíno informó también a los medios que toda la autopista Manzanillo-Colima sería de seis carriles, y se buscaba, afirmó, los mismos objetivos ya dichos por Nuño Lara. Las obras ya están en marcha. Pero los accidentes provocados por el transporte de carga pesada siguen; y, por lo que ya vimos con el tramo de la llamada Transvolcánica, yo no creo que se vayan a evitar.
He referido los hechos ya descritos, para poder formular una pregunta: ¿Por qué, no obstante, toda la inversión millonaria que aseguran se ha hecho en la autopista mencionada, los accidentes mortales no dejan de ocurrir continuamente? Y la explicación no puede ser otra, que, los miles de millones de pesos invertidos en esta importante vía, no tienen como objetivo principal salvar la vida de los que en ella circulan, sino, más bien, asegurar cueste lo que cueste, el libre paso de las mercancías, con destino a las fábricas, bodegas y mercados de sus dueños, es decir, los millonarios inversionistas de casi todo el país y de los Estados Unidos.
En un trabajo similar a este, que hice circular en el mes de noviembre del año pasado, referí un viejo proyecto anhelado por millonarios inversionistas con fuertes intereses económicos en los Estados Unidos, quienes han buscado insistentemente un mecanismo más eficiente y barato para poder llevar sus mercancías desde el puerto de Manzanillo hasta la unión americana, usando como puerta de entrada la ciudad de Laredo Texas. El día 17 febrero de 2017, se hizo pública una reunión en esta ciudad que refiero, a la cual acudieron funcionarios del gobierno federal, de Colima, y de los municipios de los dos Laredos (Nuevo Laredo y Laredo Tx.), para iniciar formalmente las negociaciones para el establecimiento de un corredor comercial terrestre entre el puerto de Manzanillo y los dos Laredos. La nota completa se puede leer en el portal https://laredmultimedia.com, con el título: “Negocian corredor comercial Manzanillo, Colima-Laredo”
En el portal que refiero, el entonces secretario de Fomento Económico, Carlos Domínguez Ahedo, quien encabezó la delegación colimense, afirmó que, conociendo que la región de los dos Laredos es por donde se mueve el grueso del comercio internacional con los Estados Unidos, “el establecimiento de un corredor comercial facilitaría la puesta de mercancías de los países de Asia con el Valle de Texas, a menos costo en cuanto a fletes se refiere”. Dijo también, que actualmente ese traslado de mercancías se hace desde California hasta el Valle de Texas, pero resulta muy costoso, pues la distancia física que hay entre Manzanillo y Laredo, es 30 por ciento más corta que la que hay de San Diego, California, a Laredo.
Aquí es donde encuentro yo, la explicación de la millonaria inversión que se está haciendo en la autopista Manzanillo-Colima, y también en el tramo de Colima-Guadalajara, con el correspondiente aumento de los mortales accidentes carreteros, ocasionados casi en su mayoría, por el paso de tractocamiones cargados de contenedores atiborrados de mercancías, maquinarias y otros componentes de los medios de producción que urgen al proceso productivo del sistema capitalista.
Sostengo que, mientras los gobiernos que hoy tenemos, sometidos al interés y gusto de los grandes y millonarios inversionistas nacionales y extranjeros, ponderen el paso de las mercancías por encima de las vidas humanas de sus gobernados, los accidentes mortales en las autopistas no van a parar; y no pararán, porque, aunque agreguen muchos más carriles a las carreteras, las mercancías siempre van a reclamar su paso, aunque para ello, tengan que atropellar y arrasar con todo lo que encuentren en su carrera.
No creo que sea cosa fácil, por ahora, frenar el desarrollo vertiginoso e inhumano que lleva el sistema capitalista en su loca y mortal aventura. Pero, frenar a los gobiernos inhumanos que toleran semejante atropello, sí que se puede. No desesperemos. Ya vienen las “corcholatas” de nuevo con sus cantos de Sirena. No caigamos de nuevo en el error. Ojalá que meditemos y orientemos mejor nuestro voto. Que así sea.