Por Luis Enrique López Carreón
Dirigente del Movimiento Antorchista en Colima
Gracias al esfuerzo intelectual del ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario General del Movimiento Antorchista Nacional, a mi juicio, un erudito mexicano como pocos, podemos tener acceso en sus obras escritas, entendibles para cualquiera con propósito de entender, a razonamientos profundos y de cierta complicación lógica para algunos, que, bien estudiados, entendidos y asimilados, pueden darnos con certeza la orientación necesaria que nos urge, para enfrentar con éxito las veladas complicaciones sociales a que nos exponen las clases económicamente dominantes, a través de su partidocracia y los gobiernos que de ella emanan.
Con un genial razonamiento del maestro (nada lo define mejor), intentaré el atrevimiento de sacar una conclusión necesaria, que permita guiarnos en el entramado tendencioso a que nos ha metido nuestro moderno sistema de partidos en estos días, y los que siguen. Quiero hablar aquí, del necesario ejercicio de la abstracción, como herramienta de la inteligencia para descubrir la verdad detrás de los discursos electorales, y de casi todo cuanto dicen los gobiernos de ahora. Ojalá logre mi cometido.
En virtud de la conclusión que necesitamos, no voy a literalizar para no atropellar el sentido profundo del pensamiento del autor, pero procuraré apegarme a él en todo lo que pueda.
Veamos. “Abstracción”, – nos ilustra el maestro – desde el punto de vista etimológico, es una palabra griega que tenía varias acepciones; es decir, que la riqueza originaria del término era muy basta y no tenía el sentido más preciso, es decir, el significado riguroso, técnico o científico que le damos ahora, sobre todo en cuestiones de lógica y filosofía. Este sentido más elaborado del término, más riguroso y preciso, se lo debemos al sabio Aristóteles de Estagira (La Abstracción aplicada a la ciencia, ACM).
Aristóteles la definió así: “diferenciar la realidad captable por los sentidos (lo que se ve, se toca, se huele, se oye y se gusta) de lo que tenemos en la mente, ya sea que lo consideremos reflejo del mundo exterior o como algo producido por la propia mente”; es decir, una abstracción, es todo aquello que existe en la mente del hombre, pero que no puede ser equiparado con la realidad exterior a él.
Al respecto, el maestro Aquiles nos dice: “Y, afortunada o desafortunadamente, todos los seres humanos hacemos abstracciones, estemos o no conscientes de ello. ¿Y por qué digo que afortunada o desafortunadamente? Porque la importancia de la abstracción queda reflejada en el hecho de que es, al mismo tiempo, la causa de los mayores éxitos del hombre y, también, la causa de sus mayores tropiezos, de sus mayores yerros e, incluso, de los mayores conflictos sociales a los que a veces se ha tenido que enfrentar, dado que, a través, o por causa, de la abstracción, unos ven la realidad de un modo y otros la ven de otro.”
Conforme a esto, ya podemos tener entonces, alguna claridad en materia política, acerca del distinto modo de ver la realidad social en que vivimos, los distintos partidos políticos oficiales y sus gobiernos, de un lado, y los electores o gobernados más conscientes de esa misma realidad, por el otro. Que esto es así, nos lo demuestra el hecho mismo de que nunca, o casi nunca, los candidatos de los partidos ganadores cumplen lo que prometieron en campaña. No lo hacen, porque su abstracción es desafortunada, es decir, que, entendiendo lo que deben hacer para mejorar la realidad social de sus gobernados, no quieren hacerlo, o, porque en realidad nunca entendieron bien la realidad de que hablaban.
En lo que yo digo se concluye a su vez, que existen dos maneras de considerar la realidad social, que corresponden por definición al pensamiento de las dos únicas clases sociales que dominan el escenario de nuestros días: los que creen que se la puede cambiar sólo con ideas, palabras y buenos deseos (si los hubiera), por un lado, y los que consideran que a la realidad social se le cambia sólo actuando sobre ella de manera concreta y eficaz. Adelantándonos un poco diría yo, que aquí se confrontan los que hacen un uso idealista de la abstracción, contra los que consideran a los fenómenos con una tendencia netamente materialista.
Sobre esto, el maestro nos dice lo siguiente: “La abstracción es fundamental en la vida del hombre y es uno de los elementos clave en el pensar y en el actuar del ser humano; como tal, fue determinante en la división filosófica que surgió prácticamente desde que apareció la comunidad humana. Entre los dos grandes campos filosóficos (idealismo y materialismo) que se han disputado a lo largo de los siglos, el camino que debe seguir la humanidad para construir un futuro, nunca se ha llegado a un acuerdo porque su interpretación del mundo, de lo social y de lo económico y, por tanto, de hacia dónde vamos como sociedad, es radicalmente opuesta.”
Y aquí, no es difícil ver, merced a la voluntad de los potentados de siempre y los gobiernos que están a su servicio, los dos grandes caminos que está siguiendo la humanidad para construir el futuro. Y la realidad es elocuente; mientras el gobierno de la 4T y sus agoreros nos dice que el rumbo que tomamos es el correcto para todos, camino en el cual el mexicano Carlos Slim ya superó los 100 mil millones de dólares en su fortuna, como ejemplo más emblemático de muchos otros, al mismo tiempo hay millones de mexicanos muriendo en la más absoluta indigencia a causa de la pobreza. Aquí se distinguen pues, los dos caminos que sigue la nación, a causa de la desafortunada manera del uso que le dan a la abstracción los políticos que nos prometieron un cambio.
Y concluimos con algo más de lo que dejó dicho el maestro: “materialismo e idealismo se diferencian claramente al grado incluso de que llegan a ser abiertamente antagónicos. Sus planteamientos en torno al problema de la abstracción son tan contrarios, que de acuerdo con el punto de vista que se adopte, se adopta una conducta política, económica, social y humana distinta; se suma a una corriente o a la otra, y cada una trata de sacar adelante su punto de vista, que parte de esta distinta concepción de lo que es la abstracción y de cómo debe manejarse en la vida del hombre” (Ibíd).
Hoy vemos, cómo es que lo más pútrido de las fuerzas políticas que se dicen de oposición, cometen apostasía y adoptan sin rubor ninguno, la desafortunada conducta política que promueve el presidente y sus ideólogos pagados con los impuestos de todos.
Con lo dicho hasta aquí, basta para destacar la conclusión que necesitábamos sacar conforme a lo que ya vimos. Promover el uso y el ejercicio materialista de la abstracción entre todo el pueblo, como herramienta indispensable para conocer la verdad acerca de la realidad social en que vivimos, es ahora más urgente que nunca. No dejarse engañar con los discursos electorales, es la tarea. Ya llegara el momento en que las mujeres y los hombres buenos logremos imponer nuestra voluntad con razonamientos claros, objetivos y certeros. Recordemos que cambiar la realidad social en que vivimos no sólo es posible, es totalmente necesario.