Aunque este piloto apenas arrancó, dicen los científicos a cargo, los resultados han sido positivos, pues los pacientes han recuperado el apetito después de tres horas de sesión, porque generalmente ésta desaparece.
Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Educación y de Medicina de la Universidad de Colima (UdeC), trabajan en conjunto con especialistas del Centro Estatal de Hemodiálisis estatal, para ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia renal y terapia de reemplazo, a través del ejercicio.
Y aunque este piloto apenas arrancó, dicen los científicos, los resultados han sido positivos, pues los pacientes han recuperado el apetito después de tres horas de sesión, porque generalmente ésta desaparece.
La propuesta de este proyecto es que las y los pacientes con insuficiencia renal y terapia de reemplazo, realicen ejercicio aeróbico, ya sea pedales de bicicleta o algún ejercicio adaptado, en su sesión de hemodiálisis, durante 30 minutos, tres días a la semana, para observar los efectos que esto tiene en un lapso de seis semanas, comentaron en entrevista Luis Antonio Bermúdez Aceves, encargado del Centro Estatal de Hemodiálisis y Pedro Julián Flores Moreno, profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Este proyecto piloto, aprobado por un comité de ética y de investigación, y que tiene tres semanas de haber iniciado con la atención de 35 pacientes, comentó Pedro Julián Flores, ya tiene algunos resultados. “Hay comentarios sobre el apetito después de la sesión y se observa como sus piernas tienen sensaciones de fortalecimiento”.
La plática con ellos es constante, agregó, “y se comienza a ver un rubor en la cara. Incluso hemos tenido buenos comentarios de que experimentan una sensación de bienestar, no sólo física, sino también cognitiva, y se nota que tiene otra vitalidad”.
Este trabajo, dijo el investigador universitario, se realiza en equipo, pues se atienden todos los aspectos médicos y psicológicos, “porque hay pacientes con otras enfermedades, pero también alguna amputación y otra condición y tenemos que adaptar los ejercicios a ellos”.
Si bien es cierto, dijo Antonio Bermúdez, que en los centros de hemodiálisis hay nutriólogos, psicólogos, médicos, nefrólogos, médicos generales o internistas que le dicen a su paciente que realice ejercicio, “este proyecto es el primero en el país en el que se crea todo un protocolo específico para el paciente de acuerdo a sus particularidades, y lo conduce un entrenador físico, esto con la idea de que el paciente mejore, porque no sólo se trata de decir que camine, que haga natación o vaya al gimnasio”.
“Estamos muy contentos -continúo- con la participación de la Universidad de Colima. El equipo está emocionado porque como decía, sí contamos con varias áreas que le dan seguimiento al paciente, pero agregar un ejercicio específico para cada paciente nos mejora el tratamiento del enfermo renal”.
¿Por qué es importante el ejercicio en pacientes en hemodiálisis?
La hemodiálisis es un tratamiento que busca hacer la función que hacían los riñones, es decir: filtrar toxinas y agua de la sangre, además de equilibrar minerales en la sangre como potasio, sodio y calcio, para ello, al paciente se le coloca un catéter mediante el cual se le extrae la sangre. Al pasar por un filtro, ésta retorna limpia al paciente. Hoy en día, el paciente está conectado durante tres horas para monitorear su presión, frecuencia cardiaca, entre otros aspectos, explicó el encargado del Centro Estatal de Hemodiálisis.
Desde 1994, en el Instituto Nacional de Cardiología, dijo Bermúdez Aceves, “nace la idea de colocar en bicicleta al enfermo del riñón, durante la conexión en hemodiálisis. Originalmente se tenía la idea que sólo mejoraría el estado nutricional y proveer un mejor apego a su tratamiento de hemodiálisis, sin embargo, se observó que mejoraba la limpieza de la sangre y se controlaban sustancias como el potasio o el fósforo, que los enfermos del riñón sufren y que pueden condicionar en ellos la muerte en periodos muy cortos”.
En algunos casos, dijo el nefrólogo, los pacientes, no sólo están enfermos del riñón, sino que tienen presión alta, diabetes, problemas de tiroides o pueden tener problemas del corazón, por lo que se debe tener cuidado en los tratamientos que les administran.
“En el caso del ejercicio -comentó-, se ha observado que a pesar de que los pacientes tengan otros padecimientos, su dolor disminuye, mejora el apetito, la oxigenación y se limpia mejor la sangre; además, anímicamente se vuelve más resiliente, más tolerante a su condición y le permite integrarse a sus actividades”.
Entonces, afirmó, “no hay una contraindicación absoluta para que pueda hacer el ejercicio”, incluso dijo que los pacientes con una enfermedad en el corazón también se benefician con un programa de movimiento.
Por lo que este proyecto, en conjunto con la UdeC, les permitirá conocer más sobre los beneficios que tiene el ejercicio en los pacientes que reciben hemodiálisis, concluyó.
En este proyecto también participan el Dr. Fabián Rojas de la Facultad de Medicina y el estudiante de la maestría en Ciencias Médicas, Israel Pérez.