*Con un cambio radical en la forma de consumir alimentos, explicó el profesor de la UdeC, se corre el riesgo de sufrir una descompensación en el organismo.

 

Jaime Alberto Bricio Barrios, profesor de nutrición en la Facultad de Medicina de Universidad de Colima, dijo en entrevista que es importante la asesoría del nutriólogo para diseñar un plan alimenticio que controle la ingesta de alimentos, cubra las necesidades reales del organismo y se elabore además con base en lo que cada persona necesita para mantener una buena salud, sin sufrir descompensaciones.

Cumplir los propósitos de año nuevo, agregó, “es más efectivo cuando existen en las personas los conocimientos y la convicción para aplicar hábitos saludables a partir de su alimentación y de lo que se han propuesto”. Para ello, continuó, “es necesario iniciar con un objetivo base, seguido de un diagnóstico médico que permita diseñar el plan de trabajo, poner en marcha las estrategias y posteriormente hacer una evaluación”.

De ser necesario, enfatizó, “se deben realizar algunos cambios a partir de los cuales sea posible diseñar propuestas de alimentación, partiendo de características como la actividad y el estado de salud de cada quien”. También comentó que es preciso eliminar ideas negativas tomando como punto de partida las repercusiones en la calidad de la salud, y que esto se traduzca en la motivación a partir de cada persona y sus necesidades.

Recomendó diseñar, con ayuda de un nutriólogo o nutrióloga, un plan de trabajo y las estrategias para darle continuidad a un esquema de alimentación en el que deben incluirse frutas, verduras, cereales y una fuente de proteínas, que puede proceder de carnes, huevo o derivados lácteos.

En este sentido, advirtió que comidas con mucha grasa o aceite como ingrediente, son menos saludables, por lo que hay que consumirlas razonadamente y reducir poco a poco tanto el aceite como las grasas en la preparación de comidas.

Una recomendación más, añadió, es llevar un registro de lo que se consume y sus reacciones en el organismo, pues esto ayudará a saber qué es lo ideal para cada persona. Explicó que si el cuerpo experimenta un cambio continuo es necesario acompañarlo de una dinámica de alimentación que evite repercusiones negativas en la salud, conforme también con la edad.

El mayor reto en los propósitos de año nuevo, compartió, es combinar la necesidad específica de cada persona con el objetivo propuesto. Comentó que si este año no es posible cumplir la meta propuesta, “el tener conciencia de lo que se quiere y de los beneficios que se obtienen ayudará bastante a modificar los hábitos que están afectando la salud”.

Si se da un cambio radical en la forma de consumir alimentos, dijo, “se corre el riesgo de sufrir una descompensación en el organismo, por lo que es necesario contar con la ayuda de un profesional de la salud y por medio de un examen de laboratorio conocer los parámetros que permitan tener claridad para diseñar un plan de alimentación efectivo”.

Dijo que cada día ocupamos energía en nuestro cuerpo, por lo que es fundamental incluir en el desayuno, comida y cena, los productos del plato del bien comer y, en periodos de cada tres horas, hacer algunas colaciones, siempre y cuando metabólicamente la persona se encuentre estable.

Destacó que, a partir de la gran cantidad de información sobre dietas a la que ahora se tiene acceso en internet, resulta importante la asesoría de un profesional de la salud o la nutrición para tener información adecuada. Con este propósito, dijo, la UdeC ofrece sus servicios de asesoría a través de la Facultad de Medicina y del Centro de Desarrollo de la Familia Universitaria.

Por último, comentó que la actividad física es complementaria para continuar con los buenos propósitos, “por lo cual es importante contar con una valoración antes de iniciar una rutina de ejercicios y así evitar lesiones físicas”.

 

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